jueves, 6 de enero de 2011

De nuevo, la estrella

 Melchor, Gaspar y Baltasar en globo.
Todos los años escribo algo sobre los Reyes Magos. Incluso me inventé hace poco la historia de una princesa que no se atrevió a seguir la ruta de la estrella. Hoy no añadiré nada nuevo. Dentro de una hora tengo que predicar la meditación a los 40 de Islabe y aún no sé muy bien por dónde empezar. 
Por eso me meto en el globo: aquí dentro pongo en orden mis ideas y escribo lo que se me va ocurriendo.
Es verdad que lo que relata hoy el Evangelio parece un cuento de Navidad más que un relato histórico: hay un Gran Rey que nace y un reyezuelo grotesco, malo malísimo que asesina niños; hay camellos que llegan de un Oriente lejano e inconcreto y una estrella misteriosa que guía la caravana hasta la meta. Hay una ciudad entera que se conmueve con su rey y un ángel que resuelve el problema. ¿No será todo una especie de parábola con la que San Mateo pretende adornar el árbol de la primera Navidad?
No, no se trata de un cuento, pero sí de una historia llena de significado. Sin embargo tal vez sea capaz de contar en la meditación un cuento de verdad que leí hace más de treinta años. Siempre me ha recordado a la travesía de los tres Magos aventureros. Su autor era un dibujante alemán llamado Zimnik, y se titulaba "Los tambores".
El cuento habla de una ciudad amurallada, aburrida y gris, en la que, de pronto, aparece un jorobado con un tambor, que grita por las calles: 
―¡Empezamos una nueva vida; nos vamos a otro país!
No tengo tiempo ni espacio para reproducir aquí de memoria ese cuento. Baste saber que la insólita revolución del jorobado contagió a cientos de ciudadanos de aquel lugar, y que, cuando al fin pudieron marcharse, se les unió una multitud inmensa de otras ciudades vecinas, cada uno con su tambor, con un saco de semillas y un madero de determinadas características. Todos gritaban el mismo mensaje, llamando a empezar una nueva vida en una aventura singular.
Siempre que se habla de los Magos pensamos en la vocación divina representada en esa estrella que algunos se ven impelidos a seguir. Tal vez no esté de más comentar que nuestra vocación, como la de los Magos o la de los tambores, no es una llamada a la felicidad ni a vivir un camino de rosas. Sabemos que terminará bien si no perdemos de vista la estrella o el redoble del tambor, pero hay que ser conscientes de que esto es una movilización general para la guerra de paz que necesita este mundo; un banderín de enganche en el que cada uno tendrá sus propias batallas, sus tentaciones y caídas. Es una epopeya que sólo al final entenderemos del todo. Dios nos hará comprender el porqué y el para qué del  viaje que hemos emprendido.
Ahora lo importante es levantar barbillas ajenas para que otros se arriesguen a mirar a la estrella como nosotros. Les diremos que el camino es áspero, pero que vale la pena. 
Y es seguro es que no terminaremos como aquel ejército de tambores…
 ¡Uy!, se me ha hecho tarde. No tengo tiempo de contaros el final del cuento!

7 comentarios:

Isa dijo...

Gracias, don Enrique. Pues sí, hay que ayudar a muchos a que descubran su estrella y la quieran seguir.
Por cierto, ¡felices Reyes! ¿Ha sido usted buenoe ste año? entonces se portarán bien...

Antuán dijo...

Hello! espero que esteis conformes con vuestros reyes, yo lo estoy, ya solo el detalle y minudo. una mochila roja xsupues. pero bueno ya que es el 2º intento que hago mientras hacía otras cosas. to pue ser que salgan 200.000 comentarios, solo pinche 3 veces y di a la x con un me rindo. lo de la estrella me parece ¡genial! algo o alguien que nos guie xq tenemos una facilidad pa perdernos en este nuestro pequeño mundo mundial. los globos chulos. hoy todavía es fiesta espero que les de libre a sus muchachos hasta el lunes, cierto que en España tenemos fama de festivos. pero asi somos y asi se apuntan los demás sin hacer ascos. Mucho cuento, si. pero nos va bien. y lo de tamborrada es super-mega-guay! y ya está viendo la palabrita mágica ahí voy a ver si cuela. ¡Feliz día! y a disfrutar que pa 4 dias que vamos a vivir. No quiero decir Carpe Diem! aunque me gusta. Hay que contar con Dios xq aqui no se queda nadie pero yo de momento no tengo prisa x irme, ni me parece que este el asado en su punto. Adiosle.

Mariano dijo...

Me hubiera gustado estar en la meditación de esta mañana en Islabe, para saber algo más del cuento, aunque como ud. dice, el nuestro acabará bien si seguimos al tambor o a la estrella.
Muy bonito. Me tiene que contar el final cuando vuelva a Madrid.

Miriam dijo...

Los reyes me han dejado un vale.
un vale por el final del cuento¡¡¡
Feliz día de Reyes y que llegue pronto el final de la historia

Anónimo dijo...

El día empezó a las 5.10h de la madrugada (cosas de tener hijos) y está terminando ahora, no sin antes hacer este comentario a su entrada que tuve oportunidad de leer sobre las 9h de la mañana, y que llevo dando vueltas en la cabeza todo el día.

Me subí a su globo (y a su carro)hará como unos 6 meses y desde entonces me enseña, con una nueva perspectiva, cómo dar sentido a las cosas que ocurren y en general a tener un planteamiento de compromiso cristiano de vida.

D. Enrique hoy ha conseguido volver a dejarme cao y fuera de juego, llevo todo este ajetreado día dándole vueltas a su entrada. Me he dado cuenta que en ese día "perfecto" de Reyes que siempre busco cada año, le falta una profunda visión cristiana del día, mucho mas alla de los regalos y de la diversión familiar... "Mirar a la estrella de frente y sin miedo".

Cuando he leído la comparación con la vocación..., realmente he pensado que he estado demasiados años lejos de este espíritu que transmite (y de su radio de acción). Y con qué facilidad nos dejamos llevar por el materialismo de nuestro alrededor que acalla las enseñanzas recibidas de antaño.
(Y me siento un poco como aquellas vírgenes necias del evangelio que esperan con su candil al novio...)

Como todavía tengo mis vergüenzas no puedo firmar este comentario, y si lo considera demasiado personal o incoherente no me importa que no lo publique.

GAZTELU dijo...

ANÓNIMO de 2.35, es el comentario más hulide y sincero que he leído hace tiempo.

Celebro que hayas encontrado por fin tu ESTRELLA pero vete a dormir un rato prque tu jornada de hoy ha sido olímpica, no sea que por el sueño vuelvas a perder "tu estrella".

GRACIAS

PD.Miriam, a mí también me dejaron los Reyes un vale para el final del cuento, espero que se porten.

Juana la loca dijo...

De acuerdo con lo del camino de rosas, pero con lo de la felicidad no: también estamos llamados a ser felices en la tierra y luego con Dios en el Cielo.