Otra antigua alumna

Hace muchos años, cuando el colegio Aldeafuente estaba en su antigua sede de la calle Padre Claret, Helena, una alumna de 8 ó 9 años salió corriendo a la calle detrás de una pelota y fue atropellada por un camión. Las primeras noticias fueron alarmantes: la niña estaba muy mal. Inmediatamente me avisaron a la capellanía y yo bajé corriendo con los óleos en la mano.

Creo recordar que le di la absolución y la unción de los enfermos antes de que llegara la ambulancia. Gracias a Dios, todo fue bien y pocos días después Helena regresó al cole sana y salva.

Como digo han pasado muchos años. La familia de Helena se trasladó a Estados Unidos, pero ella sigue siendo la misma. Ahí la tenéis sonriente, como postulante clarisa en The Poor Clare Monastery of Our Lady of Guadalupe, de Nuevo México.   El próximo día 11 tomara su hábito de novicia y dentro de dos años, si Dios quiere, sus primeros votos como religiosa de clausura.

Su madre, que me ha dado la feliz noticia, dice que se sienten “muy afortunados, aunque a veces cueste la separación”.  Y yo, al echar la vista atrás, doy gracias a Dios por tantas alegrías palpables y concretas que nos ha proporcionado ese colegio, del que fui capellán durante dieciocho años. Han valido la pena.