viernes, 11 de febrero de 2011

Viajar


Me pregunto por qué me gusta viajar si, con el paso de los años, me canso más cada día. No es solo por conocer nuevos lugares o ver paisajes diferentes. Hoy, por ejemplo, salgo camino de Bilbao por la nacional I, una autovía, que en Burgos se convierte en autopista, con mucho tráfico y sin el menor aliciente. He hecho este trayecto en mil ocasiones. Conozco cada curva, cada recta y cada estación de servicio. Ni siquiera puedo contemplar el paisaje, ya que he de poner los cinco sentidos en la conducción. Sólo me sorprenden de vez en cuando los nuevos molinos de viento que han empezado a surgir por todas partes, blancos y esbeltos, como árboles misteriosos llegados de otro planeta.
Me gustan los nuevos molinos. También a mí me parecen gigantes, sobre todo cuando se desperezan y agitan sus aspas enormes sobre el cielo de Castilla. Si los viera don Quijote… Yo creo que no descomponen la belleza del paisaje. Al contrario; la estepa castellana, siempre idéntica a sí misma, agradece este vuelo blanco y silencioso que atrapa el viento en lo alto de los páramos.
Durante el trayecto no hago nada especial: rezo, oigo música, escucho a los contertulios de la radio, y a veces canto para espantar el sueño con mis gallos. Cada hora y media, más o menos, me detengo, como manda la Dirección general de Tráfico, para estirar las piernas.
Al final, me encuentro cansado, pero me da pena llegar y empiezo a soñar ya con el viaje de vuelta.
¿Por qué me gusta viajar? Pienso que lo que me atrae es la soledad. Cuando entro en el coche y apago el teléfono móvil, sé que nadie va a turbar mis pensamientos. Allí hago planes; preparo clases, meditaciones y homilías; improviso sonetos que  se escapan, ay de mí, por la ventanilla, y hablo con Dios sin distraerme, sin más interrupciones que las del bueno de Kloster, que siempre viene conmigo y no sabe estar callado.

14 comentarios:

GAZTELU dijo...

En su próximo viaje deje a Kloster
en casa.......es el mejor consejo que se me ocurre!!!

GRACIAS Y BUEN FINDE EN SU TIERRA

Isa dijo...

Lo entiendo perfectamente, porque los momentos de soledad son tan necesarios en esta vida (aunque a mí generalmente me encante estar rodeada de mucha gente...)...
Lo que no puedo entender es que en el coche pueda prepararse meditaciones, homilías... ¿Cómo lo hace? ¡Qué capacidad de concentración y abstracción!

Cordelia dijo...

Claro, es que no es lo mismo viajar solo que bien acompañado...
Eso es trampa, don Enrique
Y cuidado con el tráfico, que está fatal

Yomisma dijo...

A mi también me gusta conducir a solas. Pero tengo poca oportunidad de hacerlo. Ah! Y para ir a Bilbao se parara Ud. sólo una vez, que no está tan lejos....

Dorita dijo...

Bunos dias,que bueno el post de hoy! Me siento identificada.
Buen viaje!

Yomisma dijo...

Es definitivo: hay un ratoncito viviendo debajo de la nevera. Me parece que le vamos a llamar Remi.

Anónimo dijo...

Hoy, Nuestra Señora de Lourdes, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo. Con su permiso, le pido a usted y a sus lectores que se acuerden de nosotros en sus oraciones.
Muchas gracias.

Anónimo dijo...

A veces la inteligencia no recoge los mejores circunstancias para las grandes ideas. Cierre la ventanilla, por favor; ay de nosotros, si se las lleva el viento. AC

Vila dijo...

Gracias anónimo por recordarme que hoy es el santo de mi hermana, casi se me olvida...

D. Enrique ¿se aloja de nuevo en su querido cole?, si es así disfrute también de la visión del Serantes. ¿Nos mandará una foto o se le ha vuelto a olvidar la cámara?.

Que pase un buen fin de semana y saludos a su madre que nos lee todos los días.

Je, je, Yomisma ánimo con el nuevo pequeño inquilino de casa.

Antuán dijo...

¡Viajar!... mola cantidad. A mi también me gusta, solo que yo me dejo llevar, me encanta el ambiente de trenes y estación. ver a la gente ir y venir. compatir el bocadillo o el Kitkat y el puleva si algún padre pide para sus hijos. el último de vuelta tardé en reaccionar y mo le di nada al pobre hombre. Luego viendo a un joven negro que no se atrevia a sentarse pensé: no ha cogido billete. como así fué y aparecio el revisor y x más que rebuscaba, quise salir en su apoyo: ¿no lo encuentras? -No. pago el billete y se bajo. Quise ofrecerle algo pero no quiso. No asi otra vesz en el monumento al viajero en Atocha junto a un viejete con la cabeza entre las manos: ¿le pasa algo? Hace dos dias que no como. y al ofrecerle me dijo solo tengo sed. Le di una lata y se la bebio de un trago. El jueves me voy de madrugada, me cruzaré con mi hermana. a las 10 tengo que estar alli, ni se entera, se lo dirá la noche antes... la gente mayor. bueno y yo ya tengo un cuerpo de viaje. Que disfrute. yo también lo haré, llevo una sorpresa. La virgen de Lourdes! mi padre iba con los enfermos cada año en junio durante 25, el año pasado dijo que seria el último. ¡que cosa! Adiosle

Antuán dijo...

Se me olvidaba por la Mancha lo que más se ve son placas solares, aparte de olivos y viñedos y huertas con sistema de regadio... y ahora la mies todavia verde, llueve. Depues necesitará del sol para tostarse. Al rico pan. Adiosle

Vila dijo...

Por cierto a mi me encanta ver el paisaje con los "molinillos eléctricos" o mejor dicho aerogeneradores. Ver todo un parque eólico en funcionamiento es un verdadero espectáculo; creo que son majestuosos e imponentes. Tal vez es deformación profesional, pues trabajo en el sector.

Buen finde.

c3po dijo...

Buen comentario. Pero un cura pajarero no puede desconocer la "pupa" que esos preciosos molinos están haciendo a las hermosas rapaces.

mjau dijo...

Peque:

En el Cusco te hubieran puesto verde los ecologistas con elogio a los molinos de viento que no malogran el paisaje... pero yo no
Un abrazo

jau