Languidece
el verano en Madrid y el globo parece desinflarse sin remedio. ¿Qué puedo
contar cuando la ciudad está casi vacía? Por si acaso salgo a la calle aprovechando que la
temperatura ha bajado, y apenas puedo cambiar un saludo con el portero, mi amigo
José María, que ya ha regresado de sus vacaciones en La Mancha.
Camino
del súper, doy un pequeño rodeo para cumplir con mi propósito de andar al menos
una hora, y atravieso la terraza de una cafetería. Hay pocos clientes, casi
todo mujeres que apuran el segundo café con leche de la mañana. Me miran y una
de ellas se pone en pie. Se dirige hacia mí. Es una señora de mediana edad, muy
delgada y de aspecto enfermizo.
—Padre,
necesito que me dé su bendición —dice en voz baja—.
La mujer
sonríe pero sólo con los labios. Su mirada, húmeda, está a punto de cruzar la frontera
de las lágrimas. La miro a los ojos y ella toma mis manos entre las suyas y las
acerca a su rostro:
—Lo
necesito, padre. No me pregunte por qué.
Con el
dedo pulgar le hago la señal de la cruz en la frente mientras digo en un susurro que solo ella puede oír:
que el Señor esté en tu inteligencia, en
tu corazón y en tus labios, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Que Dios te bendiga.
La mujer
me besa las manos una y otra vez ya con lágrimas. Al fin le pregunto:
—¿Cómo te
llamas?
Me dice
su nombre, prometo rezar por ella y me alejo, conmovido, camino del súper.
7 comentarios:
Rezaremos por ella
Parece que el Señor le ha agradecido su esfuerzo de vencer la pereza y andar al menos una hora. Por algo siempre he pensado que es muy útil que los sacerdotes vayan vestidos de sacerdotes, así se les puede identificar en caso de necesidad. Rezo un avemaría por la señora y las otras 9 del misterio por usted don Enrique
Nada como La Mancha!¡Que gente! Y le parece poco que contar solo por darse un paseo. Jo, con que poco se conforma la mujer. Que le dé su bendición. Y ¡Como sabe! Lo que eso significa. Jesús nos bendice cada día y se hace Uno con nosotros. ¡Cuantas personas necesitadas, ignoradas que necesitan ayuda y no la piden! Esta por lo menos tuvo el valor de pedirla: Padre. Que bien suena. Se está empezando a usar otra vez esta manera de expresarse. ¿necesidad, tal vez o reconocimiento? No he podido venir hasta ahora. Solo lo mire en el móvil a la hora del almuerzo. Pero no queria ser menos. ¡Tres Hurras por un ángel! Este era el titulo de un señor cuadro que pinte en una mesa con pintura plastica. Pues eso mismo digo yo de ustedes: ¡Tres Hurras por los curas! Repartidores de la ¡Gracia! Adiosle
Repartidores de la Gracia. Me gusta, Antuán.
Yo también rezo por la bendecida.
Me sumo a las oraciones por esa señora. Si la vuelve a ver dígale que mucha gente reza por ella. A lo mejor eso le da la fuerza que necesita para superar lo que le pase.
Y gracias por ser reconocible como sacerdote.
Rezaremos por ella
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