jueves, 27 de marzo de 2008

Un payaso para Humbertito

Felipe me escribe desde Santa Cruz de Tenerife, donde trabaja como médico, y me envía la siguiente anécdota “por si le sirve”.
No quito ni pongo una coma.
Mañana, si Dios quiere, seguiremos con Emaús.


Ayer me pasó algo increíble.

Estaba yo trabajando a las 19:40 cuando me interrumpe la llamada nerviosa de un amigo:

—Necesito que me hagas un favor muy grande-.

—Dime, le contesté.

—Tengo un sobrinito de cinco años con una leucemia terminal. Está en las últimas. Resulta que ayer vinieron unos payasos al hospital, pero él no pudo verlos y se ha quedado desconsolado. Lleva todo el día preguntando si van a volver. Tiene que ser ahora, porque el médico ha dicho que probablemente no pase de esta noche. ¿Tú podrías…?.

Él sabía que yo había hecho algo de teatro y por eso acudía a mí como último recurso.

Dije que sí —¿cómo podía negarme?—. Cogí una nariz roja, lo único auténtico, unas témperas para maquillarme y la ropa más estrafalaria que encontré. A las 8:15 estaba en el hospital. Me cambié en un pasillo (menos mal que no había nadie), me pinté frente al reflejo de una ventana y me lancé.

Humbertito tenía respiración asistida y le habían puesto morfina. A pesar de ello me reconoció —reconoció mi oficio—. Hice… lo que pude.

A las 9 se durmió y me despedía de unos padres admirables. Le prometí volver al día siguiente.

A las dos horas falleció. Se marchó al cielo como un cohete.

Hace 20 años tuve la suerte increíble de actuar frente a Juan Pablo II junto a un conocido payaso. Yo la tenía por mi mejor actuación (¡qué momento!). Después he hecho muchas cosas, pero ninguna como aquella. Ayer tuve mi segunda actuación estelar. La pedí a Juan Pablo II que cuando llegara Humbertito le diera un abrazo muy fuerte.

Tengo otro amigo en el Cielo.


14 comentarios:

Unknown dijo...

¡Y que lo digas!, seguro que fue lo primero que comentaron cuando se vieron "arriba".Qué bonito que este peque se llevara consigo este deseo, y qué satisfacción la tuya el poder ofrecerle tu actuación. Seguro que es uno de tus trabajos mejor presentados, sé de buena tinta que alguno que ayer celebraba su "Aniversario también",no se perdió la entrada de Humbertito. Un abrazo para esos padres y mi enhorabuena por tener un ángel en el cielo,he pasado por lo mismo.

Benita Pérez-Pardo dijo...

Un privilegio haber hecho reir a dos Santos que ahora cuidarán a esos padres tan buenos!

Anónimo dijo...

Ay, Don Enrique, me ha hecho saltar las lágrimas!!

Lucía dijo...

¡Qué gozada! ¡qué envidia esa gente tan buena...

María dijo...

que gente más buena hay por el mundo!

Anónimo dijo...

Dios mio, que bonito, y que sensación tan preciosa la del deber cumplido. Están los dos juntos YA en el cielo. Argg, se me han saltado las lagrimas y pienso... cómo podemos perder la paz a veces con tantas vanalidades?

Anónimo dijo...

Me parece impresionante, la disponibilidad de esta persona que seguro que teniendo muchas cosas que hacer supo escoger lo más importante , para que un angelito se fuera al cielo con uno de sus últimos pensamientos en forma de sonrisa y nariz roja.

Anónimo dijo...

Muchisimas gracias, D. Enrique. Y déselas al "doctor de la nariz de payaso".
En experiencias como estas creo yo que se esconde el secreto de la vida auténtica. Me dan muchas ganas de pedir para cada uno un Humbertito diario.
Entiendanme: creo que a veces necesitamos "aguijones", para darnos cuenta de lo que somos capaces. Y está comprobado desde hace siglos... (pero aún no nos dejamos convencer, torpes de nosotros): Siempre que das, creyendo que quien lo recibe realmente lo necesita... recibes algo tan valioso -y que tú necesitabas tanto sin saberlo- que la entrega de lo que has dado te parece ridícula. Estoy convencida de que su amigo el "payaso" experimentó algo parecido a eso.

Y, por supuesto, no es que no diera nada, dio y mucho. Dio su tiempo y mucho mas. Seguro que tuvo que vencerse para dejar lo que estaba haciendo, cambiar de planes de forma inmediata, y "pasar un poco de vergüenza" ...
Recibió un tesoro, que no buscaba. A eso me refiero.

Antonia Macaya Fonts dijo...

¡Qué cosas hace una nariz postiza! Una imagen vale más que mil palabras....y una sonrisa devuelve la esperanza. Juan Pablo II repartió sonrisas, miradas, gestos.... ¡qué no hará desde el Cielo. Yo también le pido cosas. Ojalá muchos aprendamos de aquellos gestos tan sugestivos....

Anónimo dijo...

¡¡GRACIAS Felipe!! Nos conocimos en el hospital el dia de tu actuación. Todas las noches le rezaba a Juan Pablo II por la salud de mi hijo Humber. Al leer tu testimonio he comprendido que tu actuación ha sido el regalo que desde el cielo él quiso brindar a nuestro hijo y a nosotros, sus padres, en esos momentos tan difíciles. Ahora le pedimos a los dos que nos ayuden desde el cielo para reconocer a Humbertito en las cosas cotidianas de la vida y hacernos más llevadera su ausencia. Que Dios te bendiga a ti y a todos los que dedican su tiempo a aliviar el dolor de los demás.

Anónimo dijo...

Muchas gracias D.Enrique y muchas gracias querido payaso.De verdad te digo que le supliqué a Dios que vinieras. Durante esa tarde Humbertito, aunque le costaba hablar, preguntaba cada media hora por los payasos, pero no supe como lograrlo y le agradezco a tu amigo, que por la mediación de Juan Pablo II¡seguro!logró localizarte, todo su cariño y dedicación. Pero en el fondo todos los que hemos conocido a Humbertito,empezando por sus padres, y luego abuelos, tios, primos,amigos,todo el personal del Hospital,lo que sentimos es que nos ha dado mucho más que nosotros a él, muchas gracias Humbertito. Nos sorprendió con su fortaleza, su capacidad de luchar, su simpatía, él transmitía algo especial, que tú querido payaso fuiste capaz de percibir y premiar.
Todos intentamos hacerle feliz en lo posible en su enfermedad,pero en los últimos momentos,que eran fundamentales,tú con tu actuación y Macarena con el juguete que el quería y que era prácticamente imposible de conseguir,le hicisteis muy feliz, y acompañado de unos padres maravillosos, que estuvieron con él en todo momento y que le dieron todo su amor, se fue de la manera más dulce, abrazado por su madre, que os lo digo de todo corazón, es una gran mujer, que ha tenido una fortaleza enorme y siempre tuvo durante este año y medio de lucha contra la enfermedad una sonrisa y un gesto animoso para ayudar a su hijo a soportar los peores momentos. Que Dios os bendiga a todos, y ayude a sus padres a seguir adelante siempre fortalecidos por su recuerdo.

Anónimo dijo...

Se que Humbertito ha tenido y seguira teniendo los mejores papás del mundo; que han sido ejemplo de fortaleza y lucha constante, que le han hecho el mejor regalo que podia recibir, su amor y alegria diario.
Se que Humbertito tenia que ser feliz porque tenia una preciosa familia que lo adoraba.
Ahora él es más grande y más fuerte que sus papás, que sus hermanitos y que sus abuelos y seguro que desde el cielo les hará saber que siempre, siempre, será parte de todos ellos.
un abrazo muy fuerte. les quiero mucho.

ConchiSoriano dijo...

Me ha gustado mucho esa pequeña historia de AMOR (con mayúsculas).Todavía hay gente maravillosa, como cantaba J. Luis Perales. Gracias siempre por sus enseñanzas.

Por si lo desea, mi blog es: http://concepcion-pensamiento.blogspot.com

Anónimo dijo...

Me sorprende lo buena que puede llegar a ser la gente lo valiosa y humilde. Ese peque nunca estara triste hallá donde este ya que se fue feliz sabiendo que la ultima personar en abrazar fue su mamá y sabiendo lo mucho que le querian. Juan pablo II estara dispuesto a tenerlo a su lado. Quiero enviar mucho apoyo a la familia y que se den cuenta que a pesar de no está a vuestro lado el está muy bien allá arriba. Besos