miércoles, 15 de abril de 2009

El misterioso caso del cura ubicuo

Mi admirado Enrique García-Máiquez publicó hace días en su blog y también en el semanario "Alba" este artículo que ahora reproduzco. Al final, con permiso del autor, añadiré un breve estrambote.


Este clérigo no es el ubicuo.
Se trata de Alec Guinnes interpretando al Padre Brown



Uno
protesta de cuánto Chesterton ocupa los escaparates de las librerías y, sin embargo, a las primeras de cambio, no hace otra cosa que echar de menos al padre Brown. Él podría resolver el misterioso caso del famoso cura ubicuo.

Se habrán fijado ustedes. No hay heterodoxia a la que amigos, conocidos o saludados no se apunten que deje de tener todas las bendiciones de —aseveran— “un cura que yo conozco”. Según ese cura que yo jamás me he encontrado pero por lo visto tan conocido, unos amigos nuestros se consideraban dispensados de cumplir la abstinencia de los viernes de cuaresma, residuo de los siglos oscuros, explicaban, mientras le daban al jamón que luego pagaríamos entre todos. Y eso es sólo un botón de muestra. Ese cura afirma que, si hay amor, las relaciones prematrimoniales, por supuesto; que los anticonceptivos, si hay amor, valen; que los divorcios, si no hay amor, vaya, y si hay otro amor, pues claro, qué remedio. El tan amoroso clérigo ubicuo está también —me lo han contado— a favor de la fecundación in vitro, del aborto en casos puntuales, de relativizar hasta extremos anonadantes el precepto dominical, y en contra del dogma de la infalibilidad, aunque él, según creen quienes le conocen, no se equivoca nunca.

Pero ese cura archiconocido, ¿existe? ¿O se lo han inventado entre unos y otros? Tal vez no se lo hayan inventado, pero lo han rebuscado, como hace el diario El País con sus teólogos (y últimamente con sus científicos). Después de revolver por todas las sacristías de España, alguno habrá dado con alguno que le habrá dicho, o sólo a medias, o un cuarto de mitad, lo que quería; y así ha calmado su conciencia, que no calificaré de inquieta, aunque no encuentre asiento. Después la voz se ha ido corriendo y “un cura que yo conozco” es, en realidad, “el cura que parece que conoce uno que conoce un conocido mío de oídas”. En cualquier caso, no me extraña: con lo que charla el hipotético cura es lógico que no haya tenido tiempo de hojear el Catecismo de la Iglesia Católica, ni tan siquiera el Compendio.

El padre Brown, más optimista que yo, no se habría creído de esa misa la media. En “La cruz azul” desenmascara a un falso sacerdote porque habla mal de la razón y la ciencia. El padre Brown desconfiaría, con razón, de la autenticidad de alguien que ha entregado su vida por una doctrina y una fe que luego destroza. Y realmente es raro.

Hasta aquí el artículo de mi tocayo.

Yo tengo la impresión de que la moda de apelar a un cura para defender tesis más o menos descabelladas es propia de países de tradición católica, y la asumen con entusiasmo -y con una fe digna de mejor causa- personajes que querrían apartarse definitivamente de la moral cristiana, pero no tienen valor de dar el paso sin apoyarse en la autoridad de un clérigo, real o imaginario.

Debo decir, por supuesto, que yo tampoco soy el cura ubicuo, pero he oído hablar de él. Hace algunos meses, o quizá años, vaya usted a saber, sorprendí el siguiente comentario en boca de una dependienta de El Corte Inglés, que charlaba con una colega:


-Pues un cura gallego que yo conozco me ha dicho que si se te pasa el amor, lo mejor es pedir la nulidad, y te la dan.

En ese momento me permití un leve carraspeo antes de reclamar la atencion de la joven desamorada.

-Uy, perdón -exclamó-.

-Ese cura..., ¿no sería yo, verdad? -pregunté candorosamente-.

La dependienta se puso colorada, ensayó una risita de conejo y dijo algo así como "quéva, nononó" antes de recuperar la profesionalidad y preguntar "qué-desea-el-caballero"


14 comentarios:

GAZTELU dijo...

D.Enrique es fantastico el articulo de Garcia Marquez y su "sucedido" en el corte ingles pero la triste realidad es que existen algunos sacerdotes que defienden semejantes barbaridades y que hacen un daño irreparable a las conciencias,con nombre y apellidos,lo he visto muy cerca e incluso amigos mios han sido aconsejados por estos "curas", se me parte el alma y muchas veces he tenido problemas de conciencia.
Este problema es una realidad en la Iglesia Catolica Española.
GRACIAS

Isa dijo...

Qué artículo tan bueno, d.Enrique, y su comentario también;me hubiera encantado ver la cara de dicha dependienta..."risita de conejo", ¡jejejeje!
Yo no creo (y deseo) que abunden esos sacerdotes, pero la verdad es que hay algunos que a veces hacen dudar a sus fieles con sus comentarios tan desviados.
Yo de todo esto saco la conclusión, sabida por todos, de que hay que rezar mucho por los sacerdotes, para que sean muy santos y muy fieles seguidores de la doctrina católica y del Papa.

E. G-Máiquez dijo...

Muchas gracias por el enlace y la copia. El estrambote es estupendo: la reflexión y la anécdota corteinglesa, que nos sirve para ir localizándolo por Galicia al cura ubicuo. Agradezco también a Gaztelu su comentario, y al hilo recomiendo vivamente el comentario nº 4 que a mi artículo hace en la página web de Alba un lector. Demuestra que el daño en las conciencias se lo hacen, fundamentalmente, los que están predispuestos a autolesionárselas. Abrazo.

Altea dijo...

De todos modos, a ese cura ubicuo sólo le hacen caso en eso. Si se pone a hablar de algo que no les interesa (porque nadie está equivocado en todo), entonces harán oídos sordos.

Anónimo dijo...

muy bueno el sucedido en el Corte Inglés. Ya lo decía yo: tiene una suerte de que le ocurran esas cosas.

Juanma Suárez dijo...

Por éso hay que rezar mucho por los curas, sobre todo por los ubicuos, para que sean más de Dios y menos terrenales. Al fin y al cabo todos somos humanos, pero los curas tienen una responsabilidad y un peso sobre sus espaldas que debemos todos de ayudar a que sea más ligero...

trozosdevidas dijo...

Pienso que, aunque haya algún cura "pelín despistado", son muchos mas los que hacen muchísimo bien calladamente. Lo que pasa es que siempre las noticias sensacionalistas son las que se esuchan y se difunden, pero esto no es nuevo.
Acabo de volver de Roma y he visto a muchos curas de todas partes y de casi todos los colores, confesando sin parar...

Juanan dijo...

Pues yo conozco un cura que no es ubicuo porque está bien localizado aquí en la diócesis de Sevilla., pero que haría buenas migas con ese cura gallego. Gracias a Dios no me fío demasiado de él. Y hay más curas así, me consta. Y también he visto catequistas de la misma línea, que dicen unas barbaridades a sus catecúmenos que cuesta discernir en qué punto son comunes a la Doctrina. Y he visto en persona a un arzobispo cardenal que consiente que en la Pastoral Juvenil Diocesana sea este el ambiente general. Yo los llamo "cristianismo powerpoint", y si me permite lo enlazo aquí, Don Enrique, por si a alguien le pudiera interesar. Quizás hoy sería un poco (un poco) más indulgente con ellos, pero sigo pensando lo mismo. http://miantrodps.blogspot.com/2008/08/el-cristianismo-powerpoint.html

GAZTELU dijo...

En fin,yo saco la conclusion de que debemos rezar mas por los sacerdotes para que sean santos,alegres y piadosos y los que no sean dignos de ser otros Cristos en la tierra tendran su "recompensa" en el cielo para toda la eternidad...no les arriendo la ganancia
Hay de aquel que escandalizare...
nos dice el evangelio.
GRACIAS

yomisma dijo...

Tambien hay mucho cura bueno, y parroquias estupendas que ofrecen de todo para la formacion del personal. Pero si el personal no quiere, o no escucha las homilias, o no se va a confesar...de nada sirve. Bueno, servir sirve de mucho, que con que haya uno solo que se de la vuelta y mire a Dios....
Lo mejor que yo he oído de este tipo de "pastores", es de una amiga que comentó que un cura le había dicho en la confesión a una amiga suya que estaba bien usar anticonceptivos. Pero mi amiga ni se molestó en ir a averiguar para su caso concreto. Las hay con cara dura!!!

Maktub dijo...

muy bueno el blog. me ha hecho ilusión encontrarlo, en algún momento estuvimos en contacto D.Enrique, aunque hace ya unos años
un saludo.
si quieres pasate por mi blog

victoria luque dijo...

Yo he conocido a algún "ubicuo", y la verdad es que ellos "a su manera" se sienten parte de la Iglesia Católica, y por eso no se van de ella. También hay que tener paciencia y misericordia con ellos, a pesar de que hacen daño, y mucho.
Un abrazo.

eligelavida dijo...

Y… ¿no sería el católico Bono con alzacuellos??

nico dijo...

comentario al misterioso caso del cura ubicuo.

La verdad es que el artículo tiene muchas cosas que comentar:

No creo tanto que sea la gente la que haya creado a este personaje como el que realmente exista aunque sus frases se hayan podido sacar de su contexto. Los comentarios de la gente parecen avalar esta idea.

El Catecismo de la Iglesia Católica está muy claro. Nos podemos preguntar sobre su conveniencia y sobre la justificación o causa de sus preceptos. Y además deberíamos hacerlo para entender el porqué de la abstinencia cuaresmal, el porqué del matrimonio, el porqué del precepto dominical, etc.

“Si hay amor...” ¿qué clase de amor es éste? es un amor separado de la voluntad de amar, separado del querer amar para siempre que es el amor más pleno que hay.

El cura ubicuo o la gente que le cita pretenden adelantar a la Tierra, al momento presente, la misericordia última de Dios. Me recuerda a la señora del vaquero de Mariajo que decía “ Y a Dios qué le importa” aunque aquí estamos hablando de cosas mucho más graves que una simple postura o una educación, y por eso mucho más importantes.

Jesucristo nuestro modelo, cumplió fielmente todos los preceptos empezando por su “innecesario” bautismo hasta el final. Sólo “incumplió” lo de curar en sábado para que viésemos qué es lo importante y porque Dios sólo es Él.

Para poder elegir, para ser realmente libres, primero hay que conocer lo que está bien y lo que está mal.

Si somos esclavos de nuestros caprichos, de nuestras apetencias, de nuestros instintos, de nuestras pasiones, o de nuestra ignorancia ¿somos realmente libres?

Nos podemos hacer la religión cada uno a su medida, autojustificarnos, disculpar sin corregir por un mal entendido “buenismo” que en realidad perjudica y que no ayuda a los demás.

Ahora por fin empiezo a entender, a ver claro que por mucho que queramos, por mucho que nos duela, no podemos ser solidarios con nuestros hermanos, sólo podemos ser solidarios con Dios. (llorar con el padre por el hijo pródigo, alegrarnos con el padre por su regreso, no prestar aceite de nuestras lámparas porque el aceite es para Dios, y aceptar el talento que viene ya sin el hermano).