martes, 7 de abril de 2009

“La Iglesia y el sida”



Leed este artículo. Vale la pena




artículo de Luis maría Anson publicado en "El mundo" el 2 de abril de 2009

Allí donde hay un hospital dedicado al sida, lo mismo en África que en Asia o Iberoamérica, también en Europa, son monjas y curas católicos los que están a pie de cama para atender a los enfermos. He recorrido en trabajo profesional más de cien países. En las leproserías de todo el mundo, en los asilos de ancianos terminales, en los hospitales para enfermos infecciosos, sólo se encuentra uno con misioneras y misioneros católicos. Esa es la escueta verdad.

Nunca me he tropezado en esos lugares con un comunista militante, con uno de esos manifestantes que vociferan contra la Iglesia. Los misioneros y misioneras permanecen al margen de las pancartas y los sermones políticos. Derraman su amor sobre los leprosos, los sidosos, los enfermos terminales, los ancianos sin techo, los desfavorecidos y desamparados.

Aún más, todos los profesionales del periodismo sabemos que cuando estalla una tragedia del tipo que sea en el tercer mundo, encontraremos información certera en la misionera o el misionero españoles, que ejercen su ministerio en los lugares más miserables. Nunca fallan, esa es la realidad.

José Luis Rodríguez Zapatero, para dar una lección a la Iglesia Católica, ha decidido obsequiar a África con un millón de preservativos pagados a través de los impuestos con los que sangra a los ciudadanos españoles. ¿A cuántos militantes del PSOE, encabezados por Bibiana Aído, va a enviar para que se instalen durante diez años en los hospitales especializados en sida, para que convivan con los enfermos, les atiendan, les den de comer, les limpien, les acompañen?

El Papa ha instalado en el África enferma a muchos millares de monjas y curas, de misioneros y misioneras. Obras son amores. Esa es la diferencia entre los que vociferan y los que derraman cariño y atenciones.

Conocí en enero de 1967, cuando carecía de la celebridad que adquirió posteriormente, a Teresa de Calcuta. Pasé un día con ella visitando sus hangares para enfermos terminales. Escuché con atención lo que me decía. Fue una lección de quién sabía mejor que nadie en qué consisten las tierras duras del hambre, el mundo de los desfavorecidos profundos. Supe que estaba hablando con una santa.

Y así lo escribí. Pues bien, en el cuerno africano, en las ciudades estercoleros de África, en los pueblos escombreras de Asia, en las favelas brasileñas o en las villamiserias peruanas, trabajan para los más pobres, para los más desfavorecidos, millares y millares de teresitas de Calcuta.

El Papa cree que la mejor forma de combatir el sida en África es la monogamia y la fidelidad. […] Quienes combaten el sida en África, quienes atienden a los enfermos son las misioneras, los misioneros católicos. Escuché en una tertulia de radio a un simpático homosexual cebarse con el Papa y despotricar contra la Iglesia. Se me ocurrió aclararle: «Dicen que el sida está especialmente extendido entre los homosexuales aunque afecte ya a los heterosexuales. Seguro que tú nunca te pondrás enfermo. Pero ten por seguro que, si así fuera, quien te atenderá con amor y dedicación en el hospital será una monja católica». Se quedó callado como una prostituta el simpático gay y los tertulianos se apresuraron a cambiar de tema.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Eectivamente. Así es como vemos a nuestros santos arrodiallados al pie del pobre, del enfermo y del humillado. La verdad es callada y discreta y la demagoga vocifera y sale en los medios de comunicación.

Anónimo dijo...

Así, clarito, p'a que se entienda.

Bernardo dijo...

Da mucho gusto cuando una voz "autorizada" (un director de periódico que ha viajado por cien países distintos) defiende al débil y a la verdad.

Anónimo dijo...

¡IMPRESIONANTE! Para que luego digan de la Iglesia...

Todos esos insultos, creo yo, que son fruto de la indiferencia, la ignorancia, y la envidia a la GRANDÍSIMA labor de la Iglesia por todo el mundo, especialmente en los países subdesarrollados...

"BIENAVENTURADOS SERÉIS CUANDO
POR CAUSA MIA, OS INSULTEN Y DIGAN TODA CLASE DE CALUMNIAS CONTRA USTEDES, ALÉGRENSE Y REGOCÍJENSE, PORQUE SU RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN LOS CIELOS."

Gracias por este gran artículo.

Anónimo dijo...

GRACIAS POR EL ARTICULO, LO DIVULGARE

Juanma Suárez dijo...

Genial el final del artículo: "Se quedó callado como una prostituta el simpático gay y los tertulianos se apresuraron a cambiar de tema."

"La Verdad os hará libres"... y tapará la boca a los vociferadores.

Yo creo que a ZP habría que mandarlo diez días a uno de estos hospitales armado con condones, a ver si es capaz de sanar a alguien.

Anónimo dijo...

"Obras son amores. Esa es la diferencia entre los que vociferan y los que derraman cariño y atenciones." Bravísimo!!!

Altea dijo...

¡Passsada! No falta ni sobra una letra. Es una suerte contar con gente que sabe decir las cosas tan claras y con educación. A veces es una combinación difícil.

GAZTELU dijo...

El articulo para enmarcarlo,no se puede decir mas clarito y de una forma mas elegante...
Gracias

j.a.varela dijo...

Muy pero muy bien!

desde Montevideo,
j.a.varela

c3po dijo...

Es que, esto de ser progre cada día es más complicado. Habría que derogar, de una vez por todas, la lógica elemental; hasta entonces, no queda más remedio que sostenella y no enmendalla y, si la realidad se equivoca, pues peor para ella.

JOSÉ JUAN CARRIÓN RANGEL dijo...

A mi el artículo me parece demagógico, lo siento. Yo también, consecuencia de las misiones en las que he estado como militar, he visto a muchas otras personas no católicas y hasta no religiosas entregarse a los demás sin alardes y sin esperar más recompensa que el considerar que se cumplía con el deber.

JOSÉ JUAN CARRIÓN RANGEL dijo...

Y en relación con la anécdota final, lamento discrepar del resto de lectores, demuestra una falta de educación y de tacto por parte del antes Ansón, hoy Anson, bastante grosera. Si sabía o era evidente que el interlocutor era homosexual, su comentario resultaba del todo ofensivo. Viene a ser como si a cualquiera de nosotros nos dijeran en una tertulia: ¡Tú, el del opus, que tienes que decir a esto! El silencio del resto de contertulios y el elegante cambio de tema sin duda se debieron al bochorno que produjeron las palabras de Anson.

Pascalle dijo...

José Juan, respecto a lo que dices de la falta de tacto del autor del artículo, diría sólo una cosa que, realmente, va más allá de la situación concreta de la tertulia. El problema es que muchos gays no llevan su condición con discreción, sino que van a los programas de televisión precisamente en calidad de gays. Es triste pero es así, y supongo que en esa línea, el "simpático homosexual" del que habla Ansón, se sintió con derecho de meterse con el Papa. En este contexto se entiende bien la anécdota. Desgraciadamente, quizá no existiera un modo mejor de dialogar con él. En cualquier caso, considero una pena tener que llevar las cosas a cuestiones personales, en vez de ser capaces de dialogar desde la razón y sobre ideas.

Isa dijo...

Toma ya, qué articulazo; me encanta la claridad con la que escribe y las grandes verdades que dice. Lo voy a empezar a reenviar...

Isa dijo...

Jose Juan, yo creo que el final fue espléndido; supongo que podía haber sido de otra manera, pero a veces se te hinchan las narices de escuchar tantas estupideces sin fundamento contra la Iglesia y el Papa, porque mucho respeto hay que tener al otro (sea homosexual o lo que sea) y mucha tolerancia, pero contigo, que crees en Dios, que no lo tengan, ¿no? porque no tenemos derecho, ¿verdad?

Enrique Monasterio dijo...

Juan José. Es cierto, hay muchos hombres y mujeres no cristianos que ayudan heroicamente a los demás; pero es un dato, no una opinión, que la institución que más ayuda en el mundo a los enfermos de sida es la Iglesia Católica.
La anécdota que cuenta Anson fue pública y comentada en su día por muchos. El famoso gay ese ese chico, de cuyo nombre no quiero acordarme, que ha llegado al mundo de los medios por su condición de gay a jornada completa y se pasa la vida haciendo numeritos o insultando con una voz de señora glamourosa que ha ido logrando con mucho esfuerzo.
¿Bochorno? No. Anson lo dejó callado. Nadie más lo ha conseguido

yomisma dijo...

Y en Africa todavia se mueren a montones. Y en Washington todavia se infectan a la misma velocidad. Haremos algo? Algo más?

Historias del Metro dijo...

A mí me apena que una persona pase bochorno, lo paso yo tan mal como ella, pero entiendo que hay gente que necesita respuestas cortantes y contundentes como esas para darse cuenta de las cosas.
Yo también he estado en muchas misiones y he visto diferencias entre creyentes y no creyentes. Los límites no quedan claros y a veces te puedes encontrar con un misionero o un sacerdote que vive casi como un "marajá" en medio de la miseria. También te puedes encontrar a un ateo -los conozco de un lado y de otro- que entrega su vida hasta las últimas consecuencias. Pero hay que reconocer que son los menos. Los voluntarios creyentes son los que más perseveran, y te lo dice todo el mundo. No es demagogia, es verdad. He sentido a veces encontrarme en el fin del mundo, en lugares donde no hay comunicaciones casi de ningún tipo más que caminos intransitables en medio de la sabana... Ahí nunca jamás había llegado un militar, ni una persona de Médicos del Mundo, de la OTAN, ni nada de nada... Pero sí había una misión. Los periodistas de guerra saben bien a quién preguntar cuando están en medio de un conflicto: a los misioneros. Luego pondrán a la Iglesia a caer de un burro, pero a los misioneros que no se los toquen. Las cosas son así.

Anónimo dijo...

Igual que el simpático gay se tomó el derecho de expresarse libremente, también lo tiene que tener Anson, ¿no?

Isa dijo...

Ah...don Enrique, ya sé quién es...pues me parece perfecto lo que le dijo Ansón (y conseguir callarlo es casi imposible...) y se quedó corto...

Galahad dijo...

¡Bravo por los defensores de la Iglesia y por los misioneros!¡Allí se nota el heroísmo de tantos hombres que entregan su vida sin esperar nada a cambio!