domingo, 21 de julio de 2019

Globos en Segovia


Se ha celebrado en Segovia el Primer festival de globos aerostáticos. Dicen que navegaron sobre la ciudad centenares de estas silenciosas esferas voladoras y que el cielo se vistió de todos los colores del arco iris.
Y yo, sin enterarme. Mi globo estaba suficientemente preparado para participar en el concurso aerostático y ganarlo. Quizá por eso no me avisaron; me tienen miedo.
Lo que más me duele es que mis amigas las aves no vinieran a darme la noticia y que me dejaran aquí encerrado, a solo quince kilómetros.
Tan deprimido estoy que no escribiré nada. Ni siquiera hablaré de la golondrina que se ha estrellado contra un ventanal-trampa de Molinoviejo. Había pensado dedicarle un poema, pero...
Mañana veremos si me encuentro con fuerzas. El curso se me acaba y la ola de calor, implacable, empieza a freírme las neuronas. 


 

2 comentarios:

rafaela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Antuán dijo...

Las golondrina no saben distinguir el espacio abierto a una cristalera; vaya que no es la primera que se estampa contra algún ventanal. Se siente. Sin embargo en el alero de mi casa se turnan en un chalet adosado y están todo el día revoloteando. Es casi un festival. Yo si que le diría algo de lo ya escrito.
LA FRAGUA
Quisiera ser como tu quieres que sea.
No solo útil en tu programa de WORL.
¿De qué me sirve a mí un salvapantallas?
¿un teclado o un ratón?... si no hay flores...
en la ventana, si no existe la imaginación.

Yo solo espero de ti una exclamación de amor.
Una sonrisa al menos, el timbre de tu voz.
En mis oídos. Tú ¿qué esperas de mi?
Algo también de mi. ¡Te daría lo que esperas!
Cuando es hierro de la fragua solo es aconsejable.
Con el fuego que allí arde... se puede. ¡Sí!
Dar forma nueva a cosas que siendo feas.
Deformes y hasta inservibles porque no.
Puedan ser útiles al maestro.
Y agradables al patrón.
4-Octubre-2005

Ayer di por terminado mi trabajo en la pizarra donde habia pegado. unas deportivas de Carmelo. una cafetera de las de antes, dos despertadores parados a distinta hora, un trozo de ule, unos palillos chinos una servilleta de papel con un barco y su faro. Ah! Un gran árbol enmedio. Todo lleno de sentido. pero tengo que irme. Adiosle