lunes, 29 de julio de 2019

Las buenas noticias ¿no son noticia?





Eso dicen los "expertos" en comunicación. Y lo repiten en inglés, que mola más: good news, no news, aunque el dicho anglosajón sea un poco distinto. Esta es su versión correcta: no news is good news, o sea que es buena noticia que no haya noticias.
¿Tendremos esa suerte en este mes de agosto que ya está llamando a la puerta? ¿Y el resto del verano? Es inevitable la proliferación de bulos, que se desmontan a las pocas horas. Y quizá aparezca alguna serpiente estival, un par de avistamientos de ovnis, un monstruo marítimo en el lago de la casa de campo, un escándalo entre famosos que quieren seguir abonando su fama con basura… Todo eso lo podremos soportar, pero, por favor, que nos dejen en paz los odiadores profesionales, los violentos, las manadas y los payasos del hemicirco.
En verano, los periódicos de papel se ponen a dieta de publicidad y adelgazan treinta o cuarenta páginas. Los digitales deberían seguir el mismo régimen aprovechando que hace mucho calor. Como dice Séneca, non panibus fornax, o sea que no está el horno para bollos.
Y, por cierto, tampoco es verdad que las buenas noticias no sean noticia. Lo  que pasa es que casi nadie las publica. El Evangelio es la Buena Noticia por antonomasia y deberíamos proclamarlo ahora más que nunca, aprovechando que tenemos tiempo libre. Ante una cerveza de media tarde en la terraza de un bar de la Sierra o en un chiringuito a la orilla del mar, es posible crear nuevas amistades y apuntalar las viejas. Y en ese contexto ¿por qué no cambiar de onda y hablar de Dios, del alma, del sentido de la vida, de la Esperanza con mayúscula, de la Entrega al servicio de los demás…?
En los días pasados, he podido mantener más de una conversación de este tipo a la sombra de una ermita, y tan refrescantes fueron esas charlas y tan firmes los propósitos que surgieron, que hasta nos olvidamos de la ola de calor.

5 comentarios:

Fernando Q. dijo...

El verano, con o sin vacaciones, es un estupendo periodo para hacer apostolado. Los tiempos cambian, la presión diaria disminuye...y la gente visita Iglesias, que también es bueno recordarles que es la Casa del Señor.

Antuán dijo...

Es verdad que las buenas noticias no son noticia. Y eso es bueno. Aunque a veces es interesarse por los demás. La familia, casi siempre: los padres que se hacen mayores. Los de mi cuñada en este caso. Es lo que nos queda de familia por su parte. Por la nuestra un montón de primos y sus padres, el otro día me llamó una por mi cumpleaños. ¡Nunca se olvida! Para ver como me iba con el trajín del verano. Y hable con mi hermano que me llamo al alba, de cogía una semana de vacaciones con su empresa, son autónomos. Y se va a los olivos o la huerta de su suegro ya por la tarde o al alba porque luego pega el sol. Como cuando eramos chicos acompañábamos a mi padre al campo al amanecer a coger los garbanzos y a las doce nos volvíamos. Mi madre nos preparaba en una botella leche con colacao en una manga de lana mojada para que agunantara fresquita. Me río yo de las neveritas de ahora y latas. Y no eramos los únicos. Y esto ¿Que tiene de interesante? La prensa no estaba allí para hacer noticias de algo tan vulgar. Tan corriente. Pero nosotros nos sentíamos útiles. Y ademas teníamos parte de la comida del invierno. ¡Interesante! Adiosle

Anónimo dijo...

Yo creo que lo de "no news is good news" se refiere a "bendita rutina". Esta última es mi frase favorita, porque es cuando nos da tiempo a todo: a rezar a trabajar, a leer, a disfrutar !!! pero cuando surge "algo" que nos rompe la rutina... ese "algo" pocas veces es bueno.

Cordelia dijo...

Me ha encantado, Antuán

Isabel dijo...
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