La madre tendría poco más de treinta años; el niño, seis o siete. Ella estaba en la terraza de un bar tomando un refresco. El crío jugaba enre las sillas con una niña de su edad. Hacía mucho calor.
—Jaime...
—Queeeeé
—Que te hidrates. Te tengo dicho que te hidrates.
—Vale.
El niño corrió hacia la mesa y se arreó un buen lingotazo de Coca-cola.
Supongo que, por la noche, la buena madre amonestará a su retoño para que no consuma carbohidratos y cuide se su colesterol.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Oído en la calle
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4 comentarios:
Si es que nos hemos vuelto de un cursi que tira pa'tras
El chico aprenderá un amplio vocabulario médico.
Cultura televisiva...
Si pusiésemos tanto empeño en la salud imterior como en la exterior...otro gallo nos cantaría...supongo.
¿Seguro que dijo "que te hidrates"? ¿No sería algo así como "ketidrates"?
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