Con su "elogio del cachete" de hoy mismo, Enrique García-Máiquez vuelve a dar en el clavo y, de paso, da un cachete a la incontinencia legisladora de nuestros amados líderes, que un día de estos nos prohibirán por ley hasta los malos pensamientos.
Ya lo decía Kloster: ¡quién sabe cuántas cosas más habrá que prohibir para que nos consideren auténticos progresistas!
Ya lo decía Kloster: ¡quién sabe cuántas cosas más habrá que prohibir para que nos consideren auténticos progresistas!
4 comentarios:
Tengo 43 años, y acaba de fallecer mi padre. Sólo una vez me pegó un cachete. Yo tenía entonces 13 o 14 años y me lo merecía. Lloré no porque me doliera, sino por el dolor que vi en su rostro.
Ahora le doy gracias por aquella corrección que me ha ayudado toda la vida.
¡Muy Feliz Navidad desde Montevideo para Ud. Don Enrique y sus visitantes!
Y respecto a lo de la palmada, nuestros legisladores, expertos en copiar lo malo y lo absurdo de todas partes, también se han metido a legislar sobre las nalgas de nuestros niños.
Le invito a ver en http://siuvers.blogspot.com/2007/07/educando.html la estupenda pintura del inimitable Norman Rockwell.
j.a.varela
Muy agradecido por el enlace, don Enrique.
la verdad es que no me gusta el método, salvo en defensa popia!
desonozco los alcances de la legislación espanola, pero estoy de acuerdo en que se penalicen los golpes a los ninos, por parte de cualquiera,
no me parece que este aspecto pueda quedar fuera del ámbito de validez del derecho penal,
no sé si saben que, en los EEUU, por las malas experiencias habidas, los profs. no pueden tocar (no dije golpear, sino tocar, a quien le está prohibido lo menos, le está prohibido lo más) a los alumnos.
Saludos!
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