Acaba de fallecer mi amigo Pedro Antonio.
Fue escritor en todos los géneros: novelista, crítico de arte, traductor, ensayista, dramaturgo; pero sobre todo, poeta.
Son las once de la noche, y no me encuentro con fuerzas para decir nada más: sólo, y no es poco, que Pedro Antonio ya está en el Cielo.
Abro uno de los poemarios que me dedicó. Se titula "La rama" y habla de la vida y de la muerte. Éste es su último poema:Reverdecen los árboles
muy tiernos
detrás de los visillos;
hermosas rosas nuevas
al sol
desde esta habitación oscura.
¡Silencio,
campos, pájaros!,
oigo la luz,
que viene
a romperme esta noche,
a abrir todas mis rosas.Rezad por él, poetas. Los que no lo somos, también. Yo ofreceré por él la Misa de mañana, a pesar de que sé con certeza que ya han florecido en el Cielo todas sus rosas.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 31 de julio de 2008
Pedro Antonio Urbina
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2 comentarios:
Los que no apreciamos nada la poesía también rezaremos por él.
Aquella oscura habitación,la soledad que la envolvía y la melancolía desbordante se hicieron papel, y el papel se hizo arte, y el arte se hizo belleza. Querido PAU: ya has encontrado aquello que anhelabas con tanto amor. Vigila a quienes andamos por esta tierra en la oscuridad, solos o melancólicos. Descanse en paz.
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