Le digo a Kloster que me produce cierto malestar saber siempre por anticipado lo que van a declarar tales o cuales políticos, el dictamen que van a emitir determinados jueces o la opinión que expresarán unos u otros periodistas. ¿Por qué son siempre tan obedientes a la etiqueta que llevan?
—Es el pensamiento más previsible, le digo. Sería estupendo que, de vez en cuando, un juez, un diputado o un informador se saltara el guión y tratara de pensar por libre. ¿Tan dificil es rebelarse y obedecer sólo a la propia inteligencia?
Kloster me mira con ternura:
—No hay medalla sin cadena —me contesta—. Y cuanto más luce el cargo y más brilla el galardón, más gruesa es también la cadena que lo sujeta. Necesitas un descanso, amigo mío. ¿Hace cuánto que no visitas al psiquiatra?
5 comentarios:
Lamentablemente en España, nuetros políticos tendrán alguna virtud, pero la inteligencia no es una de ellas.
Achtung, don Enrique! No haga mucho caso a Herr Kloster con lo del siquiatra.
A veces parece que Herr Kloster quisiera quitarle a usted de enmedio.
;)
yeverdad
Pues yo difiero de la opinión de Carlos. Nuestros políticos son demasiado inteligentes. ¿Cómo si no se mantienen en el poder sin hacer nada?
Eso no les ocurre únicamente a los políticos, jueces o periodistas... algunos bloggeros son absolutamente previsibles. Repiten frases que han escuchado, sin añadir nada de su propia cosecha, porque no cosechan, simplemente almacenan, no interiorizan. Si van a contracorriente se debe a que repiten lo escuchado a gente que va por delante de ellos, gente que sí escucha su propia inteligencia. Y los que van a favor de la corriente repiten el último eslogan como papagallos.
Mucha gente renuncia a pensar. Se ve que les resulta cansado y prefieren que les den el trabajo hecho. Lo que no saben es que pierden profundidad de vida y de aventura en la búsqueda.
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