El taxista se llama Arsenio, es natural de un pueblo de Orense, cuyo nombre no me viene ahora a la memoria, y lleva en “esto del taxi” toda la vida. O sea, que es tan madrileño como yo mismo, si no fuera por el acento melancólico que aún conserva y le delata. Arsenio tiene una hija, que está en la universidad y un rapaz de casi treinta años que no sale del paro.
Todo esto me lo dijo al final del trayecto, porque el principio fue muy diferente. Yo le había indicado el destino y traté de introducir la consabida cuña meteorológica:
—Parece que refresca, ¿no?
—Ya estamos todos resfriados —respondió bruscamente Arsenio—. Con este gobierno nos espera una buena pulmonía. ¿Ha visto usted qué forma de tratar la crisis?
A partir de ese instante guardé un silencio sólo matizado por algun mmmmm de asentimiento cada vez que volvía la cabeza hacia mí o me miraba por el espejo retrovisor.
La conferencia fue precisa e implacable. Arsenio habló de las "inyecciones" a los bancos, y explicó muy gráficamente a quién y en qué lugar del organismo él inyectaría determinadas substancias picantes. Luego se refirió a los tipos de interés, al euribor, a la reserva federal americana, a Obama y al otro viejo "el de los brazos cortos", a las hipotecas de aquí y a las de allá, a la camisería de su padre, que quebró en los años 60 y nadie le inyectó un centimo...
Y yo, que trataba de seguir su razonamiento sin entender gran cosa, me sentí un poco triste al comprobar que ni en el taxi uno se libra de la crisis. Al fin Arsenio me preguntó algo que no recuerdo y le sugerí que rezara un misterio del rosario alguna vez, aprovechando el que llevaba colgado del espejo.
—Me lo regaló mi hija. Era de su abuela... ¿Y usted cree...?
—Si las inyecciones no sirven, a lo mejor el Rosario...
—Mi madre se llama Charo —me dijo mientras me daba el cambio—.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 9 de octubre de 2008
El taxista y la crisis
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6 comentarios:
¡Pues sí que estamos en crisis, señor cura! Ese taxi lo dice todo ... (no me gusta ese taxi, lo siento, pero no). Habrá que echarle un cablecito a ZP, pues las arcas... se vaciaron, oh, oh!
Jaja,
un saludo afectuoso.
Crisis? What Crisis?
Eso me pregunto yo con Supertramp. ¿Dónde radica la crisis?.
A pesar de todas las voces hablando sobre lo mismo, no espero encontrar respuesta.
Ahora tenemos la crisis económica, pero desde hace años tenemos la crisis de valores y pocos se preocupan de ella y creo que es mucho más importante.¿Sólo nos enteramos cuando nos tocan el bolsillo?
Don Enrique, le ha salido otra parábola perfecta:
Ahí estaba usted (el Espíritu Santo) tratando de elevar el vuelo del taxista, y él (nosotros) empeñados en este vuelo rastrero de preocupaciones materiales. Y siempre, en el espejo retrovisor, esperando nuestra mirada, una Madre...
(Lo siento, esta tarde estoy algo poético)
La única forma positiva que se me ocurre para afrontar la crisis es es lo que la gente le llama apretarse el cinturón pero que puede enfocarse desde otro punto de vista: vivir la austeridad sin perder la dignidad. Hacer una lista con los hijos de lo prescindible e imprescindible, retrasar las compras que no son absolutamente necesarias , ir al súper y comprar juntos para saber elegir bien los alimentos que están de oferta,rescatar las recetas de la abuela, cuidar la ropa, reciclar la que ya tenemos con imaginación, etc... Aún con todo el tema sigue siendo duro, pero es una enseñanza para los hijos que no tiene precio.
Un saludo
Si es que el rosario sirve para todo. Y si no como muestra un botón, aunque estuviera colgado del espejo retrovisor y fuera un recuerdo de familia. Con sólo su presencia basta, es el mejor remedio contra la crisis.
Sólo por haber leído su relato y pensando en un compañero que está en coma vamos a rezarlo mi mujer y yo ahora mismo.
Lo ofreceremos por todos los enfermos, en particular por este compañero a quien los médicos han inducido el coma esta tarde después de un derrame cerebral.
Cualquier ayuda vendrá bien. Si alguien se apunta...
Muchas gracias
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