Es extraño ver la calle Ayala tan vacía. La puerta que da acceso al mercado está cerrada, igual que las demás tiendas: la boutique, la farmacia, la droguería... Ni siquiera hay coches. Y eso sí que es extraordinario.
Son las cuatro y media de la tarde y es domingo. Debe de ser por eso. A estas horas nunca vengo por aquí. De ahí que me sorprenda tanto oír el ruido de mi pasos.
A algunas calles les sienta bien el silencio para mostrar su auténtica personalidad, pero a ésta no: este tramo de la calle Ayala necesita el bullicio de la gente, los carritos de la compra, los frenazos de las furgonetas, los aromas del mercado y hasta la cantinela monótona de los mendigos.
En un banco de madera, junto a la relojería, se ha sentado alguien. Ese banco pertenece, por derecho de ocupación, a un par de vagabundos que a veces lo comparten a la hora de comer. Pero el que está ahora no parece de esa clase. Tiene demasiados años para pedir. También los mendigos se jubilan. Además está canturreando algo.
Me acerco despacio. El anciano tiene un oído finísimo, pero le falla la voz. Canta nada menos que "Nessun dorma", la famosa aria de la Opera Turandot, de Giacomo Puccini, ésa que producía escalofríos en la voz de Pavarotti.
Ya me ha visto, pero sigue cantando sin dejar de mirarme. Yo me detengo un instante y me empiezo a preguntar si deberé darle una limosna o se ofenderá. Al llegar al "vincerò" final toma airé y se lanza en busca del do de pecho.
Como estamos solos, le aplaudo con toda seriedad y entusiasmo. El viejo se pone en pie y se inclina.
-Tendría que haberme oído hace cincuenta años.
-¿Era usted cantante?
-No. Yo era sereno..., cuando había serenos en Madrid. Por cierto, ¿tendría usted un pitillo?
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
lunes, 6 de octubre de 2008
Vuelve Pavarotti
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6 comentarios:
¿Y usted le dio un pitillo? Si no es fumador mucho mejor.
Me gusta el estilo de su blog, recién descubierto. En la medida en que el tiempo me lo permita, le iré leyendo.
Un saludo.
Hay personas increíbles...
...Por cierto: Lectores: que levante el ratón quien se haya "decepcionado" porque al final no había un enlace con Pavarotti cantando el "Nessum dorma"!
Supongo que en su día Ud. ya hablaría de Paul Potts (o como se escriba) aquel vendedor de móviles que deslumbró a la Gran Bretaña.
BUENOS DIASS!
Nuevepornueve lo que he pensado es que este año la Opera de Philadelphia "pone" Tournadot. Ojalá pueda ir a verlo! Pero un enlace molaría!!!!!!!!!!!!!!!
Pitillito, vaso de vino y lo que haga falta. Estos talentos deben cultivarse. ¡Olé! por la gente sencilla y natural. Y por los que saben descubrirlos también.
Yo Te canto bajito,
que tengo poquita voz,
apenas me funciona el oído,
siempre la misma canción,
pero Tú siempre me oyes:
te llevo en el corazón...
Pues yo nunca me lo he cruzado por el barrio, la verdad, pero si lo hago le voy a tener que pedir que "lo cante"...ya me ha dejado con las ganas.
Un saludo
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