Sin coches. Al fondo, el Puente colgante
Desde Gaztelueta a la casa de mi madre hay menos de dos kilómetros, pero esta mañana el trayecto se me ha complicado. Cada vez que intentaba torcer en la dirección justa, aparecía una barrera y un policía lleno de autoridad que me mandaba continuar en dirección a la Ría. Al fin me detuve y pregunté:
―¿Qué ocurre? ¿Está cortada la Calle Mayor?
―Sí.
―¿Cómo puedo pasar?
―No puedes…
―¿No?
―No. Coches.
El laconismo propio de la tierra empezó a ponerme nervioso. Hay que tener en cuenta que eran las 9 de la mañana de un domingo de bochorno, sin más tráfico que el de alguna furgoneta de reparto. Así que el poli podía haber dado alguna explicación más.
―Ya. ¿Y más adelante…?
―No.
Al fin logré colarme aprovechando la distracción de una agente, y ya en mi destino regresé caminando hacia la zona cerrada para comprar el pan y la prensa. Una policía jovencita me sonrió amablemente:
―Hoy es el día sin coches. O sea que no se puede circular por el centro. De esta forma disminuye la contaminación y se lucha contra el cambio climático. Hay que ser solidarios, caballero.
Palabra de honor que eso fue solo la introducción. El resto de la conferencia os la ahorro.
―Tú no eres de aquí, ¿verdad? ―le pregunté―.
―¿Cómo sabes?
Esta vez el acento de Bilbao parecía casi auténtico.
7 comentarios:
Jo. Luego dicen de los de Valladolid. Aquí por lo menos, tengo que reconocerlo, los policías son un poco más explícitos.
Aunque a veces se pasan. Ahora, además de la multa cuando te pillan in fraganti, suelen adjuntar un discurso pedagógico tipo "¿Sabe usted lo peligroso que es lo que acaba de hacer?"
Terrible.
Con lo que le gusta a usted andar, lo que me extraña es que usara el choche; con lo fácil que hubiera sido hacer esos dos kilómetros a pie.
Y, jeje, estoy segura que no paró hasta que un agente de la autoridad le informara debidamente a sus demandas.
Es hora de acostar a los niños, por lo que en otro momento y comentario le transmitiré mis impresiones sobre la nueva imagen del globo. ¿Me las aceptará?, tengo que reconocer que siempre lo hace, pero si esta vez tuviera la tentación de censurarme...
Bueno, amigo, si me permite y como en otras ocasiones me tomaré la libertad de opinar sobre la súper nueva imagen del globo y aportar alguna sugerencia, que como siempre, la puede tomar o dejar.
En general me gusta, es moderna y chula, y ya que está actualizando le sugiero que corrija una pequeña incorrección: ponga que ya lleva más de cinco años con esta aventura y no solo cuatro, que su trabajo le cuesta día a día.
Como sugerencia positiva tal vez el tono de las diversas secciones del globo que aparecen en el lado derecho podrían ser resaltadas en un tono más fuerte, y así nos ayudaría a los cegatos y las podremos identificar mejor. Ya tenemos a nuestra disposición un montón de secciones, guayyyy.
Lástima pero parece que ya no hay sitio para el reloj -se calló, se rompió y no ha vuelto del relojero- y venía de perlas para cuando te excedes con el ordenata (ehhh, que eso nos pasa a todos, no solo a mí).
Lo de seguirle por email me ha parecido buena idea, en cambio me ha parecido gracioso que se asemeje a otros blog y coloque la relación de seguidores, ya sabe que en realidad somos miles. Aunque es una manera de ponernos caras, eso sí. En cualquier caso me seguirá teniendo como seguidora acérrima pero no me daré de alta en la red para cubrir este requisito voluntario.
En general me parece muy chulo, así que gracias por las molestias que se han tomado Kloster y usted para seguir en línea este otoño.
Por cierto, qué ganas de tener nuevos títulos en la sección de “libros propios” , así que ¿para cuándo dice la editorial que los tendrá en la calle este otoño? Responda porfa.
Ya camino de seis añitos, caray, gracias mil.
que bonito..... acatar las instrucciones del agente, aparcar e ir andando, no era na opcion, no? no hay que ponerse por encima de las normas civicas comunes.....
Muy mal.
Anónimo, severo y solemne moralista; no, no era una opción. Aparcar era imposible, y el agente no me dio ninguna instrucción precisa.
Yo no me puse por encima de las "normas cívicas". Hice lo que debía hacer.
Summum ius, summa iniuria".
El anónimo moralista sigue riñéndome. Por lo visto no me cree cuando digo que hice lo que debía hacer.
Se lo repito. No hice nada ilegal ni incorrecto, pero tampoco voy a relatarlo todo.
Mi anónimo gruñón se queda en la anécdota.
Tampoco ha entendido el aforismo latino del final.
Si es verdad que los bilbaínos somos a veces un poco secos, pero quiero pensar que a veces también somos un poco chirenes.
Publicar un comentario