viernes, 9 de noviembre de 2007

Los colores de Molinoviejo (I)

Entrada de la casa antigua



Ayer llamé “caserón” a Molinoviejo. Valiente tontería. En esta finca hay ahora varias casas de retiros que, con el paso de los años, fueron injertándose en el primer edificio sin alterar su estilo ni su carácter. Hay también un pabellón para convivencias destinado a gente joven, y un campo de fútbol, un camino empedrado de historias, unos pinos esbeltos y altísimos que se balancean con el viento. Y la Sierra, con la Mujer Muerta al fondo, que la nieve amortaja de tanto en tanto.

Mientras paseo entre los pinos compruebo que, sin cambiar nada, aquí han cambiado muchas cosas. Molinoviejo sigue siendo el mismo, pero ha crecido. Nadie ha puesto sus manos sobre mis recuerdos. Ahí siguen, prendidos en las ramas de los árboles, en la ermita, en el viejo oratorio de la casa antigua, en la chimenea de granito que preside la sala de estar, que yo conocí en 1960…

Cuando caiga la tarde encenderemos esa chimenea, grande, acogedora y familiar, y, durante la tertulia, permaneceremos con la vista clavada en el fuego, porque el fuego hipnotiza, igual que hipnotiza el mar.

Es sencillo narrar en voz baja viejas aventuras mientras arden los troncos en el fondo del hogar. Fijar la vista en el fuego ayuda, quién sabe por qué, a contar cuentos, a leer poemas o a hacer confidencias. Y Molinoviejo está cargado de tantas historias… Muchas de ellas nunca serán escritas porque pertenecen a la intimidad de los que, en esta casa, dejaron que Dios les hablara y les cambiara el alma, pero hay otras…

Mañana contaré una.

6 comentarios:

Lucía dijo...

Por favor, D: Enrique, encomiendenos a mi y a mi familia.Gracias.

Benita Pérez-Pardo dijo...

A nosotros encomiéndenos también: por ej así: por los "Pérez-pardo". O como se le ocurra.

Expectantes estamos a la historia.

Benita Pérez-Pardo dijo...

Se me olvidaba. Nosotros también le encomendamos. Por ej. así: "por lo que se le ocurra a D. Enrique".

Anónimo dijo...

Por favor, D. Enrique, ya puestos, no se le olvide pedir por mí.

Juanan dijo...

Dicen que antes la gente se reunía en torno al fuego para contarse historias. Pero que ahora nos reunimos en torno al fuego para que él nos cuente historias a nosotros.

patzarella dijo...

Se parece mucho a las puertas de la Universidad Panamericana a!!!