jueves, 29 de noviembre de 2007

San Efrén, poeta


Desde hace algunos meses, Benedicto XVI dedica las audiencias generales de los miércoles a hablar de los Padres de la Iglesia, es decir de aquellos escritores santos de los primeros siglos del cristianismo que, además de ser testigos de la Tradición, fueron maestros de la fe, defensores de la verdad y, en ocasiones, teólogos y filósofos insignes.


Vale la pena leer todos los jueves (por ejemplo en www.zenit.org) la alocución del día anterior. Ayer, por ejemplo, habló de San Efrén, el sirio, diácono y monje del siglo IV, que logró conciliar de manera única la vocación de teólogo con la de poeta.


El Papa, en su audiencia, leyó este himno del santo dedicado a la Santísima Virgen:

«El Señor vino a ella
para hacerse siervo.
El Verbo vino a ella
para callar en su seno.
El rayo vino a ella
para no hacer ruido.
El pastor vino a ella,
y nació el Cordero,
que llora dulcemente.
El seno de María
ha cambiado los papeles:
Quien creó todo
se ha apoderado de él, pero en la pobreza.
El Altísimo vino a ella,
pero entró humildemente.
El esplendor vino a ella,
pero vestido con ropas humildes.
Quien todo lo da
experimentó el hambre.
Quien da de beber a todos
Sufrió la sed.
Desnudo salió de ella,
quien todo lo reviste

(Himno «De Nativitate» 11, 6-8).


10 comentarios:

María dijo...

¡¡Se lo robo!!! a usted, al Papa y a San Efrén! jejeje.

Benita Pérez-Pardo dijo...

Si concilia me cae aún mejor. La conciliación es muy importante!!. San Efrén ya lo tenía claro...

alejops dijo...

Me ha gustado mucho, especialmente los últimos versos.
"Quien todo lo da experimentó el hambre"
Gracias

Anónimo dijo...

Duda existencial: se puede ser Santo y poeta. Está claro. La belleza y la santidad deben de estar muy relacionadas. Casi al 100% diría...

Pero, y es lo que me preocupa, se puede ser Santo y un desastre?.

Historias del Metro dijo...

A mí me da en la nariz que todos los santos se consideraban a sí mismos unos desastres... Y ahí está la grandeza... No creo que la santidad esté en la perfección, sino en el amor a Dios y en los deseos de quererle siempre y serle fiel. Lo demás viene por añadidura... (bueno, eso creo yo)... y eso espero! (por la cuenta que me trae...)

Juanan dijo...

Qué bueno. Me ha encantado. Y eso que yo la poesía no la suelo entender.

Altea dijo...

Uauuu! ¡Cacho reloj! Es el primero con números romanos que tenga el 4 bien puesto. Siempre los ponen con cuatro palitos. No sé por qué será.

Bernardo dijo...

Buenas noches!

Para Don Enrique: qué bonito poema. Cuando se tienen hijos pequeños estas cosas gustan de una forma especial. Gracias.

Para altea: visita esta página para saber más sobre el número cuatro romano:

http://cuentame.algocorto.com/2006/09/11/el-4-romano/

Un saludo!

Anónimo dijo...

¡´Qué poema más bonito!.San Efrén fue un gran amante de la Virgen Maria, y en sus escritos vemos la profunda veneración que ya se le tenía en el siglo lV .Fue declarado Doctor de la Iglesia por Benedicto XV .
Don Enrique, no piense que me he vuelto una erudita.Por si le sirve a alguien,todos los días dedico 5 minutos a meterme en google y busco el santo del día .Hay vidas apasionantes de santos que apenas conocemos.
¡Ah el nuevo reloj me gusta!Cristina V

Altea dijo...

Bernardo, muchas gracias. La verdad es que me intrigaba.