viernes, 10 de octubre de 2008

Una bendición urbana




Supongo que soy muy conocido en el barrio. Sí debe ser eso, porque si no, no se explica que la gente me aborde con tanta familiaridad. Será que llevo muchos años pateando tres o cuatro manzanas del Barrio de Salamanca, y mi presencia no ha pasado inadvertida. Soy el cura más visible y más grande de la zona.

Ayer, por ejemplo, dejé el coche en la calle Lagasca, casi en el cruce con don Ramón de la Cruz. Eran las siete de la tarde. Me dirigí al parquímetro de la esquina y se me colocó detrás un señor de pelo gris. Estaba yo en plena faena cuando oí su voz a mi espalda:

—Bueno, a lo mejor puede darme la bendición, aunque yo soy agnóstico.

Visto de frente, mi interlocutor me pareció un tipo sencillo, franco y un tanto tímido. Hablaba en voz muy baja como si no quisiera molestar. Lo sorprendente es que llevaba una cruz muy historiada en el ojal de la solapa.

—¿De verdad eres agnóstico? ¿Y esto?

—Es una cosa profesional. Pero conceptualmente soy agnóstico, sí.

—¿Y para qué quiere un agnóstico la bendición de un cura católico?

—Bueno, por si acaso...

Apoyé las manos sobre su cabeza y allí mismo, ante la mirada perpleja de un tercero, improvisé una bendición patriarcal. Más o menos dije lo siguiente:

—Que el Señor te bendiga a ti y a toda tu familia; que te acompañe siempre y dé luz a tu inteligencia para que lo conozcas aquí en la tierra y, dentro de muchos años, goces de su amor en el Cielo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

A continuación le marqué la señal de la cruz en la frente. El hombre se emocionó un poco y quiso darme un abrazo. Diez minutos después empecé a predicar un Retiro, feliz como unas Pascuas.

Vale la pena ser cura, y que se note. Creo que ya lo he escrito antes, ¿verdad?


13 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente blog. me lo acaban de enseñar y creo q me volveré fanático del mismo, me da bastantes ideas para el mismo

Anónimo dijo...

Yo ya soy fanatica , hace un año.
Da gusto empezar el dia leyendole,algunos dias mi hija de 14 años , me preguna que hoy que ha escrito D. Enrique , creo que le estoy contagiando mi adiccione.
Da gusto con los curas asi.
Gracias

Ángel dijo...

Vale la pena, si señor. Algún también me lo tengo que cruzar por el barrio.

Luis y Mª Jesús dijo...

salimos despues de comer para un viaje de 650 kms. ...envidia me ha dado el agnostico.... Vd mismo se quejaba el otro dia con lo de las "prostitutas os precederan en el Reino de los Cielos".

Enrique Monasterio dijo...

...¿que yo me quejaba? ¡Todo lo contrario!

Historias del Metro dijo...

Haberle contestado:
"A lo mejor no es usted tan agnóstico, ni tan conceptual"...
Qué cosas tan bonitas le pasan!!!!

Bernardo dijo...

Lo de la señal de la cruz en la frente se lo hago yo a Jaime todas las noches, como hacía mi padre conmigo.

Conrad López dijo...

Gracias, don Enrique. Muchas.

ARdV dijo...

Yo me declaré fanática desde la primera vez que entré a este blog, además siente una que tiene una especie de familia con todos los comentaristas regulares...

Ayer me llegó un mensaje de Los del 5ºB, y sorprendentemente han conocido a unos amigos míos de guatemala! Les decía que REALMENTE el mundo es muy pequeño!!!

Carlos Bernaldo dijo...

De lo que escribe, lo que más me llama la atención y me da tristeza es que es raro encontrar a un sacerdote vestido de sacerdote en la calle, vivo en Majadahonda, hay cinco parroquias y sólo en una al párroco se le distinguiría entre 100 "civiles" por la calle.
¿Los obispos, dicen algo al respecto?, ¿hay alguna directriz?, ¿tienen vergüenza?, ¿es comodidad?, no lo entiendo.

Altea dijo...

Sincero sí que era el tipo. "Por si acaso", dice.
Llegará lejos, seguro.

Anónimo dijo...

La bendición, ¡ qué preciosidad!
Ayer al ir a comulgar me acompañaron dos de mis cuatro hijas (4 y 5 años). El sacerdote al tiempo que a mí la Comunión les dió la bendición a cada una.
¡Qué Iglesias tan bonitas hay en Cantabria! Y no lo digo solamente por sus edificios.

Andrés Cárdenas M. dijo...

Vale mucho la pena. Ya soy fanático del blog. A ver si revisa el mío, que a propósito, usted me impulsó a abrirlo.