sábado, 30 de enero de 2010

Encuentros


—Se lo prometo. Ya lo verá. De este mes no pasa. Le llamo cualquier día y le invito a comer en mi nuevo piso. Así conoce a mi marido y a los niños.

—Mira, déjate de invitaciones. Tú ven a verme alguna vez, o mejor cada quince días, y charlamos un rato como en los viejos tiempos.

—Sí, por supuesto, pero es que yo tengo interés en que conozca a Juan. Él sí que necesita un repaso, aunque es muy buen chico, no crea. Bueno, yo también debo pasar por la garita, desde luego; pero es que ahora estamos con la mudanza. Ya verá, dentro de una semana, dos a lo sumo…, como tengo su teléfono y su correo…

Me miraba igual que cuando hacía primero de bup, con la misma carita de susto de entonces. ¿Cuántos años habían pasado? ¿Quince, veinte…? Siempre fue muy elocuente, pero a medida que crecía su interés porque yo la creyera, iba convenciéndome de que no volvería a verla, a no ser que nos encontrásemos de nuevo, por casualidad.

Han pasado tres o cuatro meses y ha ocurrido esta misma mañana. Ella va por la otra acera de la misma calle. Lleva un abrigo oscuro y una especie de gorro de lana. Supongo que no me ha visto, porque yo voy en coche. He tocado el claxon sólo un poco, y no sé; juraría que me ha mirado de reojo antes de acelerar decididamente el paso.

La encomiendo al Señor y espero que lea esta entrada de hoy. Me dijo que conocía mi globo, que es lo primero que lee cada mañana... ¿Será verdad?


9 comentarios:

Carlos García dijo...

La encomiendo al Señor y espero que lea esta entrada de hoy. Me dijo que conocía mi globo, que es lo primero que lee cada mañana...
...
Todos, aunque sea por salir del paso, dicen (decimos) cosas parecidas en situaciones como la que describe. No son sólo palabras, son la respuesta -tímida tal vez- al Señor, que ha venido a buscarnos. Nos sentimos removidos y si rezan por nosotros -mucha gente lo hace, gracias a Dios- volvemos, siempre volvemos ... aunque sea algo más tarde de lo debido.

¡Qué inmensa suerte ser los brazos de Dios, el molino del Espíritu Santo, y eso sin darnos cuenta!

Anónimo dijo...

Me han dicho que esta mañana ha comentado la epistola a los Corintios, la parte que habla del amor. ¿Por qué no escribe algo de eso?

Pierre Nodoyuna dijo...

Con el frío que hace, como para parase a hablar con nadie! Tiene unas cosas....

Almudena dijo...

A veces los porqués son lo mejor de cada historia y sin embargo casi nunca los conocemos...

Unknown dijo...

Según parece el 'encuentro' ha sido "extraordinario" aunque para usted sea lo ordinario. Una frase de mi calendario dice "Amar a alguien es consagrarle tiempo" de Jean-Claude Sagne. Muchísimas gracias por esa consagración

Anónimo dijo...

Ojalá y la "interpelada" escriba algo si ve la entrada... Acá en mi tierra decimos "safan-duquis" es decir "zafar bulto" cuando a uno algo le dice que sí debe detenerse a hablar con quien le puede ayudar... aunque cueste. Saludos ;)

Nubosidad variable dijo...

Hay decisiones que cuestan muchas oraciones, mi marido dejó de practicar al año de casarnos , ahora sólo me queda - que no es poco- rezar por su conversión porque además no puedo ni sacar el tema, en esos casos me acuerdo de Santa Mónica ella le arrancó la conversión de su hijo al Sr...

Papathoma dijo...

Qué suerte tienes, querida ex-alumna de 1 BUP... No siempre se tiene la suerte de tener un sacerdote a nuestra disposición y que encima nos conozca, nos quiera y rece. Estuve en un país donde los católicos éramos un 0'0...no-sé-cuántos-por-cien; después de aquello, cuando hace unos meses mi sacerdote habitual casi me vino a buscar a casa porque se iba a ausentar y no quería dejar colgado a nadie -éramos unos cuantos amigos-, no me atrevi a decirle que no...y allí nos presentamos todos. Ánimo, saldrás ganando.

Isa dijo...

Ya verá cómo lo llama, pues yo sé que usted reza por ella y la oración todo lo puede...aunque a veces las cosas no vayan al ritmo que nosotros queremos...
Lo llamará, porque se mirará un día al espejo, verá todo lo que le queda por crecer, todo lo que le queda por aprender a ser feliz y cogerá el teléfono con decisión y se dejará de comodidades y perezas que no llevan a ningún sitio y sólo ayudan a crecer en egoísmo.