domingo, 9 de septiembre de 2012

El amor y la crisis



Hace un mes hablé con Carmen y me convenció de que su marido es una alimaña, y ella una víctima inocente de sus celos patológicos. Lo aguanta sólo por los niños.
Una semana después me entrevisté con Joaquín. ¡Pobre hombre!  Carmen, su mujer es una bruja manipuladora capaz de creerse sus propios embustes.
Por la tarde volví a ver a Carmen. Sus lágrimas me convencieron tanto como sus palabras: Joaquín está paranoico; necesita tratamiento con urgencia.
Joaquín me llamó la semana pasada: todo es falso. Es necesario ayudar a Carmen. ¿Podría yo recomendarle un buen psiquiatra que entienda a las mujeres y no sea caro?
Esta mañana los he visto en Atocha. Iban de la mano y se reían de algo, quizá de un chiste o del jefe de la empresa en la que trabajan los dos.
―Os veo contentos, ¿qué tal estáis?
―Estupendamente ―contesta él―.
―Genial ―apostilla Carmen―. Veinte años juntos y ya ve, como el primer día.
―Entonces... 
―No haga caso a Carmen, es una novelera. 
―Pues mira que tú...
Me despido con un gesto sin palabras. Los nombres son falsos, pero la historia no. Gracias a Dios, esta vez fui prudente y no tomé partido. Tampoco oficié de árbitro; sólo de oyente. 


 

5 comentarios:

Miriam dijo...

Por curiosidad... ¿y si uno de los dos hubiera tenido razón?
Como lo hace para saber si debe actuar/aconsejar o no?
O por defecto en principio nunca se meten?

Vila dijo...

Gracias a Dios nosotros no hemos necesitado de su amistad en ese aspecto. Pero no dude que si se diera el caso no dudaría en llamarlo.

Usted fue el testigo privilegiado de nuestra boda y ya nos ve, aquí seguimos, dentro de tres semanillas hacemos 19 años y como dice "Carmen": Igual que el primer día. Pero no es verdad, es mucho mejor que el primer día, despues de todos estos años es un amor maduro mucho mas bello y gozoso que el de juventud, "la unión hace la fuerza" y el tirar del mismo carro al unísono te hace ser realmente sólo uno.

Me estoy poniendo cursi, así que sólo recordarle (ya que estamos) que ni se le ocurra olvidarse de nuestro aniversario, esté dónde esté. Nosotros volveremos a ver el vídeo de la boda con los niños y oiremos su homilía casicuento que nos dedicó en tal evento.

Vaya, ha vuelto ha quedar un comentario "algo" personal. Así que .... ya sé: corro el riesgo de que me censure.

Feliz semana.

Anónimo dijo...

Esto me resulta familiar.
¿Cuántos habremos pasado por esas épocas?
Ahora, no diga que no tomó partido, porque lo hizo, en el momento que rezó por ellos y por su matrimonio.
¡Que importante es saber acudir en esos momentos de crisis, a una persona con criterio que nos sepa orientar, redirigiendo la causa a quien puede ayudarnos, el Señor y Ntra. Madre!.
Con silencio de palabras pero con mucha oración. Sin arbitrar pero tomando partido tal y como le aconseja su prudencia.
Gracias.

Historias del Metro dijo...

Yo noto que quien tira del carro de nuestro matrimonio no somos nosotros dos, sino los sacerdotes que lo conocen y rezan por nosotros, y la Virgen, a quienes nos encomendamos con nuestra hija mayor todas las noches, aunque cada uno, por nuestra cuenta, estemos pensando "este/a con el que me he casado está de manicomio".
Historias del Metro

Mercedes dijo...

A veces hay que meterse. Yo conozco una persona a la que una buena amiga (no yo) le dijo un par de verdades duras de asumir que la hicieron llorar y enfadarse en un primer momento pero que después ha agradecido desde el fondo de su alma. Veremos si es capaz de cambiar su chip. Creo que está en ello.