Hoy traigo aquí una verdadera perla jurídica que recoge en su blog José María de Pablo, conocido abogado penalista.
“Todo imputado ―escribe de Pablo― tiene derecho a no reconocerse culpable y a no declarar contra sí mismo… pero algunos meten la pata. Resulta que un recluso de la prisión de Logroño recurrió una multa de aparcamiento sin consultarlo antes con su abogado. Como se verá, el preso tenía toda la razón del mundo en su recurso, pero quizás no tuvo en cuenta que más vale pagar una multa de tráfico, que no reconocerse autor de un atraco. No sé si el Ayuntamiento de Logroño le quitó la multa, pero seguro que al Fiscal le vino fenomenal este recurso a la hora de acusar al preso por el atraco al banco.”
No estoy de acuerdo con usted, ilustre letrado. El autor de este recurso no sólo pretende que le quiten una multa, está defendiendo su prestigio y dignidad profesionales. Un buen atracador de bancos no puede admitir que los municipales le acusen de haber empleado más tiempo del necesario en consumar su delito. Él es, sin duda, un buen ladrón, limpio y veloz, no un chapucero. Y es preciso que las autoridades lo reconozcan. ¿Qué importa si tiene que pasarse unos años a la sombra si su dignidad queda a salvo? ¡Gran tipo este ladrón! Lo encomiendo a San Dimas.
José María de Pablo, concluye su comentario con una pregunta muy de jurista acostumbrado a pelear por sus clientes en el foro:
“¿La confesión que contiene este recurso, realizada sin la presencia de un abogado, es una prueba de cargo válida para condenar? Mientras lo piensan, no se pierdan el texto del recurso, porque no tiene desperdicio.”
2 comentarios:
Es genial. Y una muestra de sinceridad aplastante: el hombre no niega el delito, pero lo que es, es. Desde luego deberían retirarle la multa
Qué crack!
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