martes, 10 de julio de 2007

Carlos


Los sábados por la tarde y los domingos tiene puesto fijo en la puerta de una iglesia del barrio de Salamanca, donde comparte clientes con otros mendigos de la zona. El resto del tiempo anda por el barrio y se sitúa en distintos puntos estratégicos. A veces lo veo en la entrada del mercado o junto a la gran confitería-bombonería-cafetería de la calle Velázquez. Se llama Carlos, es esquizofrénico según propia confesión, bebe más de lo razonable y tiene 43 años.

—¡Padreeeeeeeeeee!

No falla. Me ve venir desde lejos, y grita con todo su vozarrón para no darme opción al despiste.

—¿Te has tomado las pastillas, Carlos?

—Se lo juro por mi madre…

—Deja tranquila a tu madre. ¿Qué quieres?

—Un bocadillo de chorizo.

Nos acercamos al bar de siempre. Él quiere que yo le acompañe para demostrarme que es legal y que no se gasta los euros en copas. Yo aprovecho para tomarme un café mientras contemplo como devora el bocata en un tiempo record.

—Yo he sido chófer de Espartaco. ¿Se lo había dicho ya?

—Sí, Carlos, sí. Todos los días.

—Muchas gracias, padre. La semana que viene más…

—Si te tomas las pastillas…

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Carlos es un tío listo. :)

Anónimo dijo...

CARLOS TIENE SUERTE COMO YO POR TENER SU AMISTAD

Anónimo dijo...

Carlos no tiene sólo suerte, que también, sino que posiblemente lo aguanta esa sencilla pregunta que usted le hace y el bocadillo que se come con usted.Posiblemente su cariño queda almacenado en su memoria y ese recuerdo le hace más llevadera su enfermedad y su vida. Posiblemente usted es ese hilo conductor que le lleva a Dios. Si todos los Carlos tuvieran un D. Enrique...
Gracias, D. Enrique por su ejemplo.

Altea dijo...

Ay, ay, ay! Qué prosaica soy. Lo único que he pensado al leer esto es en lo bien que me vendría ese bocata en este momento.

Enrique Monasterio dijo...

El bocata tenía buena pinta, que conste. Y el pan estaba recién hecho. Lo digo porque a mí también me dio un poco de envidia no sé si prosaica o lírica.

Cristian dijo...

Siempre hay algún Carlos que necesite mas que una bocata, y eso vale más aún. Gracias por compartir esto padre. Bendiciones.

Nodisparenalpianista dijo...

Altea, nunca creí que tendría que apuntarme a la lista de los nmuertos de hambre.
Carlos, Enrique, tiene pinta de que los dos sabéis d ela amistad de verdad: una cosa en la que los dos que juegan ganan.