lunes, 16 de julio de 2007

Homicidas








Me pregunta Ramón a qué me refiero cuando digo, tres entradas más abajo, que hay gentes capaces de matar el alma.

Se trata, desde luego, de un modo de hablar. Pero es el mismo Jesús quien explica que no hay que temer a los que sólo matan el cuerpo; sí a los que matan también el alma.

En rigor, esa "muerte" sólo puede ser provocada por nosotros mismos. Pero hay homicidas del espíritu que parecen empeñados en incitarnos al suicido, es decir, al pecado, que es la verdadera muerte.

Yo sé que estas palabras -"pecado", "alma", "muerte eterna"-  no son políticamente correctas; pero los cristianos no podemos mutilar el mensaje de Cristo: hemos de predicarlo en su integridad.

Cuando escribí esa frase, yo tenía en la mente esa famosa “educación para la ciudadanía”, que parece pensada para inculcar en la mente de los niños que sólo hay una forma de ser buenos ciudadanos: renegar del espíritu, renunciar a nuestras convicciones, arrancarnos el alma.


2 comentarios:

Benita Pérez-Pardo dijo...

En la misma línea, también tenemos la opción "suicidas".

Juanan dijo...

Cabe destacar que a difirencia de que un homicida es el que mata a un hombre, un suicida no es el que mata a un suizo, sino a "suí" mismo.