Son las 12 de la noche del 26 de septiembre. Mientras escribo, aún continua la reunión anual de los antiguos alumnos de Gaztelueta. Yo me he escapado el primero.
Hemos cenado juntos más de un centenar de viejos amigos. Nos han colocado en la solapa una tarjeta con nuestro nombre, y aunque todos decíamos que, "por favor, que no hace falta, que ya nos conocemos, que no hemos cambiado nada"..., lo cierto es que habrá que proponer, para el año próximo, que la letra sea un poco más grande: resulta un poco chocante que las viejas glorias de mi colegio se miren los unos a los otros inclinando la cabeza y con las gafas de ver de cerca.
-No, si ya sé quién eres; cómo me voy a olvidar... Lo que no recuerdo es tu segundo apellido.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Antiguos alumnos
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