martes, 11 de septiembre de 2012

El espejo


―¿Examen de conciencia? ¿Quedarme a solas conmigo mismo y revolver toda la suciedad que encuentre en el pasado?  No, eso no lo haré nunca. Prefiero mirar hacia adelante y no céntrame en el retrovisor. El arrepentimiento no sirve de nada; es una forma de masoquismo estéril. Ya me veo en el espejo todas las mañanas. No necesito deleitarme con el espectáculo.
Estas fueron aproximadamente sus palabras. El entrevistado era un conocido escritor ya en declive. Le oí por la radio y me sorprendió porque siempre lo tuve por cristiano y hombre de criterio.
Ayer, cuando hice mi propio examen de conciencia me acordé de él: “un pobre cobarde”, me dije. Ahora pienso que quizá tiene un punto de razón. Quedarse a solas delante del espejo día tras día debe ser angustioso. Mejor cerrar los ojos y mirar hacia adelante, donde los sueños son gratis.
Pero el examen de conciencia no es eso. Es quedarse a solas con Dios y dejar que su mirada nos traspase, nos ilumine y nos limpie. El espejo es Él y, mientras pedimos perdón por la basura acumulada, damos gracias a Aquel que nos está curando. Porque las heridas cicatrizan, el alma se renueva y siempre es posible volver a empezar cada mañana.

9 comentarios:

MHelena LCR dijo...

Don Enrique, sería muy bueno que, igual que tiene el blog la posibilidad de compartir por Facebook, también pudiera hacerse por Twitter.
Gracias y, por favor, no deje el blog

Relicary dijo...

La basura del pasado puede limpiarse. Si el examen de conciencia sirve para que mejoremos, en el espejo se ve la basura y también una hermosa escoba.

Además, se puede aprender mucho de las cosas hechas, la experiencia ayuda a mejorar.

Papathoma dijo...

Recuerdo a un sacerdote muy mayor que le dijo a un amigo mío después de que éste se confesara de algo que -según él- le iba a escandalizar: "bueno, pues lo primero que vas a hacer es dar muchas gracias a Dios porque Él te perdona y perdonarte tú a ti mismo..." Salió de allí tembloroso y agradecido como un niño.

No es masoquismo hacer examen: es dejar nuestro peso en manos de Dios y OLVIDARNOS de él.

yomisma dijo...

Lo malo es que muchas veces una está tan contenta, siguiendo su vida como si nada, y ¡Zas! Aparece un espejo y te deja hecha un rastrajo: pero...¿..yo soy así?!!

Mercedes dijo...

rtRelicary, me ha gustado mucho eso de la hermosa escoba.
Yo también pienso que se puede aprender mucho de lo que hemos hecho (sobre todo de lo que hemos hecho mal). No entiendo cómo algunos dicen "Yo no me arrepiento de nada". ¡Pues peor para ellos! porque caminarán con ese lastre.

Alguien dijo...

No hay nadie perfecto, y todos hemos cometido errores, por reconocerlos no pasa nada, "lo hecho, hecho está"...
Hay que aceptar cómo somos cada uno y "borrón y cuenta nueva".
Gracias Cordelia por el comentario de la anterior entrada tan favorable, jeje ;)

Clara dijo...

Me encanta el último párrafo. Muy consolador. No acabamos de creernos lo que significa la Misericordia divina. Es que no nos entra en la cabeza.

Lucía dijo...

¿Quién prefiere cargar toda la vida con una cruz cada vez más pesada a ir llevando pequeños trozos de esa cruz e irse desprendiendo de ellos?
Yo creo que solo los que no saben lo GRANDE que es en realidad ese regalo.

Pdata: Relicary, a mi también me ha encantado lo de la dulce escoba ;)

Elena Trius dijo...

Cuando era niña había un sacerdote que cada vez que me confesaba decía: "Muy buena, muy buena por decirlo" a cada pecado. Y cuanto más gordo era éste, más buena era yo... Ahora nunca me da miedo mirar mi basurilla :)