―¿Examen
de conciencia? ¿Quedarme a solas conmigo mismo y revolver toda la suciedad que
encuentre en el pasado? No, eso no lo
haré nunca. Prefiero mirar hacia adelante y no céntrame en el retrovisor. El
arrepentimiento no sirve de nada; es una forma de masoquismo estéril. Ya me veo
en el espejo todas las mañanas. No necesito deleitarme con el espectáculo.
Estas
fueron aproximadamente sus palabras. El entrevistado era un conocido escritor
ya en declive. Le oí por la radio y me sorprendió porque siempre lo tuve
por cristiano y hombre de criterio.
Ayer,
cuando hice mi propio examen de conciencia me acordé de él: “un pobre cobarde”,
me dije. Ahora pienso que quizá tiene un punto de razón. Quedarse a solas
delante del espejo día tras día debe ser angustioso. Mejor cerrar los ojos y mirar hacia adelante, donde los sueños son gratis.
Pero
el examen de conciencia no es eso. Es quedarse a solas con Dios y dejar que su
mirada nos traspase, nos ilumine y nos limpie. El espejo es Él y, mientras
pedimos perdón por la basura acumulada, damos gracias a Aquel que
nos está curando. Porque las heridas cicatrizan, el alma se renueva y siempre es posible volver
a empezar cada mañana.
9 comentarios:
Don Enrique, sería muy bueno que, igual que tiene el blog la posibilidad de compartir por Facebook, también pudiera hacerse por Twitter.
Gracias y, por favor, no deje el blog
La basura del pasado puede limpiarse. Si el examen de conciencia sirve para que mejoremos, en el espejo se ve la basura y también una hermosa escoba.
Además, se puede aprender mucho de las cosas hechas, la experiencia ayuda a mejorar.
Recuerdo a un sacerdote muy mayor que le dijo a un amigo mío después de que éste se confesara de algo que -según él- le iba a escandalizar: "bueno, pues lo primero que vas a hacer es dar muchas gracias a Dios porque Él te perdona y perdonarte tú a ti mismo..." Salió de allí tembloroso y agradecido como un niño.
No es masoquismo hacer examen: es dejar nuestro peso en manos de Dios y OLVIDARNOS de él.
Lo malo es que muchas veces una está tan contenta, siguiendo su vida como si nada, y ¡Zas! Aparece un espejo y te deja hecha un rastrajo: pero...¿..yo soy así?!!
rtRelicary, me ha gustado mucho eso de la hermosa escoba.
Yo también pienso que se puede aprender mucho de lo que hemos hecho (sobre todo de lo que hemos hecho mal). No entiendo cómo algunos dicen "Yo no me arrepiento de nada". ¡Pues peor para ellos! porque caminarán con ese lastre.
No hay nadie perfecto, y todos hemos cometido errores, por reconocerlos no pasa nada, "lo hecho, hecho está"...
Hay que aceptar cómo somos cada uno y "borrón y cuenta nueva".
Gracias Cordelia por el comentario de la anterior entrada tan favorable, jeje ;)
Me encanta el último párrafo. Muy consolador. No acabamos de creernos lo que significa la Misericordia divina. Es que no nos entra en la cabeza.
¿Quién prefiere cargar toda la vida con una cruz cada vez más pesada a ir llevando pequeños trozos de esa cruz e irse desprendiendo de ellos?
Yo creo que solo los que no saben lo GRANDE que es en realidad ese regalo.
Pdata: Relicary, a mi también me ha encantado lo de la dulce escoba ;)
Cuando era niña había un sacerdote que cada vez que me confesaba decía: "Muy buena, muy buena por decirlo" a cada pecado. Y cuanto más gordo era éste, más buena era yo... Ahora nunca me da miedo mirar mi basurilla :)
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