lunes, 22 de septiembre de 2008

La viña



El Reino de los Cielos se parece a un propietario que sale muy de mañana a contratar trabajadores para su viña. Eso decía en Evangelio de la Misa de hoy.

Benedicto XVI el mismo día de su elección, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, se definió a sí mismo como un humilde trabajador de la viña del Señor.

Y yo, al leer estas palabras, he pensado en esas personas que esperan mucho de la Iglesia, y tienen razón; que exigen que los curas seamos santos, y hacen bien en pedirlo; que buscan luz, consuelo, ayuda; y se quejan justamente si no encuentran nada de eso.

Pensaba en ellos porque algunos no saben que la Iglesia es también una empresa, "su" empresa, un proyecto que Dios comparte con los hombres, y en el que todos tenemos asignado un puesto de trabajo. La llamada es universal y hay tajo en abundancia; que nadie se apunte al paro.

Y es que, no sé por qué, a veces tengo la sospecha de que abundan los mirones, los teóricos del quehacer ajeno, que nunca han empuñado una azada y se permiten el lujo de dar instrucciones al currante desde la barrera.


10 comentarios:

Bernardo dijo...

Es una parábola contra el sindicalismo. Los jornaleros de la mañana exigían un convenio colectivo y decirle al empresario cómo tenía que calcular los ratios de los salarios.

Enrique Monasterio dijo...

Te has pasao, Bernardo.

CRIS dijo...

Pues yo muchas veces tengo la sensación de que a los curas, a las monjas y a los religiosos en general se les exige mucho y se les supone mucho, desde una barrera, precisamente, desde la que miran muchos católicos, que dicen serlo, pero luego quieren una Iglesia a su medida...donde critican todo, opinan de todo y aportan más bien poco.

Todos estamos llamados a la santidad, está claro, religiosos y seglares...

Las pilas, para todos...digo yo...porque en el fondo, todos somos igual de débiles y pecadores...

O esa es mi opinión...

Lucía dijo...

D.Enrique, algunos pedimos mucho a los curas porque esperamos ver en ellos a Cristo y eso es mucho, y nos olvidamos a veces de que son hombres y de que todos los cristianos debemos luchar por parecernos a Cristo.Sólo el que lucha se da cuenta de las dificultades que eso comporta y comprende a los que- hombres al fín y al cabo, aunque dotados de una gracia especial-se esfuerzan por parecerse a Cristo y llevarlo a los demás.
Buff! qué serio ha quedado!

Anónimo dijo...

Gracias d Enrique, si no le importa lo traduzco al ingles para la clase de catequesis de confirmacion del Miercoles...Este año esta basado el catequesis del Evangelio y se discute sobre el Evangelio del Domingo. El cura de la parroquia dijo en la homilia que la frase clave dl Evangelio er la de " vas a tener envidia porque yo soy generoso?" Y hablo de generosidad a raudales. Muy bonito.....

DeLaCruz dijo...

A mi me fastidian los que asumen que todos los sacerdotes son pederastras y que pareciera que SIEMPRE se han topado con malos sacerdotes, que les gritan, los regañan y hacen del cristianismo "un sufrir" que no se merece nadie.

Salu2

Conrad López dijo...

Rich: ése es un retrato ideológico que no creo que nadie se crea (al menos en su sano juicio). Sin embargo es un cliché muy conveniente para "justificar" ciertas actitudes.

Anónimo dijo...

Don Enrique, Jacobo y Cusca han sido padres de un niño "Antonio" estan felices. GRACIAS!

Enrique Monasterio dijo...

Felicidades a Jacobo y Cusca. Hace once meses cantamos juntos la Salve rociera en Córdoba el día de vuestra boda.
Aquél olé,olé, olé todavía resuena en mis oídos.
Pues eso, olé!

La Dama Zahorí dijo...

De esos los hay en todas las empresas, don Enrique. De hecho, yo soy de las que, cuando agarro la azada no hay quien me pare, pero de cuando en cuando necesito sentarme en una linde a descansar, porque si no el trabajo no me luce.