viernes, 5 de septiembre de 2008

Sobre la dignidad y la muerte

Adolfo Suárez Illana, hijo del que fue Presidente de Gobierno en España, escribó el martes pasado un espléndido artículo en El Mundo, que podéis leer íntegro aquí. No me resisto a reproducir los últimos párrafos.



Es curioso cómo algunos, para eludir responsabilidades, nos venden como progresistas prácticas que ya realizaban nuestros más primitivos ancestros y otros muchos pueblos de la antigüedad.

Sinceramente, creo que no hay mayor progreso para el hombre que el asumir las responsabilidades propias de sus actos y de su posición en la sociedad que le acoge. De entre todas esas obligaciones, la de mayor altura es la defensa de los más débiles, lo que incluye, en primer lugar, la defensa de su vida.

Por mucho que me argumenten, me seguirá siempre pareciendo una barbaridad primitiva el triturar con unas tijeras a un niño en el seno materno, más aún si cabe, cuando está medio mundo deseando adoptar. Igualmente, considero una salvajada sin paliativos el acelerar la muerte de los enfermos, algo que nada tiene que ver con el oportuno tratamiento del dolor.

He visto a mi madre morir muy poco a poco. No se le alargó ni acortó un minuto ese camino, aunque se tomaron todas las medidas que a nuestro alcance estaban para evitarle cualquier sufrimiento innecesario. De aquellos dos años, tan difíciles, no recuerdo ni un solo segundo indigno.

Llevo casi cinco años sin poder tener una comunicación intelectual con mi padre, pero por mucho que lo eche de menos, todos los días me hace feliz, disfruto y me río con él. ¿Alguien tiene el valor de decirme que esa es una vida indigna?

Tengo familiares y amigos que sufren deficiencias, problemas o que simplemente llegaron en mal momento. Son familiares y amigos que, bajo legislaciones como la que hoy nos proponen en España los progresistas, podrían haber sido muertos antes de nacer. Eso, por no hablar de los grandes genios de la humanidad que jamás habrían llegado a serlo de haberles aplicado tan avanzadas iniciativas.

El dolor, las deficiencias y la muerte son compañeros inseparables del hombre y la mujer desde que aparecieron sobre la faz de la Tierra. El verdadero progreso de la especie humana y su triunfo sobre las demás, ha consistido en el uso que ha hecho de su libertad para, asumiendo su propia imperfección, defender la vida de los demás y la propia, ayudar al que sufre, acompañar al moribundo y proteger al débil. Desgraciadamente, también ha habido y habrá siempre quien, de una u otra forma, intente proporcionar un atajo para evitar esas incómodas obligaciones... Con todo el debido respeto, eso nunca podrá ser llamado progreso.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo Adolfo, de tal palo tal astilla. Qué gusto que haya gente con cabeza y con alma. Felicidades.

Conrad López dijo...

Buenos días, padre. Discrepo radicalmente con su valoración del artículo en un punto que me parece fundamental, aunque usted no se haya centrado en él, pero que empapa el transfondo de todo el mensaje de don Adolfo.

Me explico yo también. El señor Suarez hace la siguiente afirmación:

"A un grupo de dirigentes radicales del PSOE no se les ha ocurrido mejor idea para evitar el debate sobre lo que realmente interesa a los españoles, esto es, la crisis económica y las medidas necesarias para su más pronta superación,"

Y me parece un gravísimo error evaluar la situación de esa manera. Porque lo que está haciendo el partido en el poder no es despistar la liebre con estos temas, sino culminar su obra satánica y revolucionaria (valga la redundancia) de transformación social. ESO si que es importante, porque sus efectos serán mucho más duraderos y peligrosos que los de una simple crisis económica, por muy dura que ésta sea.

Ahora bien, es posible que el señor Suarez tenga razón, y resulte que al pueblo español el problema moral y la tragedia humana que conlleva le importa un ardid. Si es así ... entonces estamos realmente muy, muy, pero que muy mal.

Yo, sinceramente, creo que no es esa la situación, aunque el problema es que la mayoría de los españoles han renunciado a su deber de discernir y elaborar sus propios juicios. De eso que se encargen los políticos, que son los que saben de esto.

Por lo demás, que duda cabe que las palabras del señor Suarez sobre la criminal actitud de los abortistas las comparto al 100%.

Buenos días y un abrazo en Cristo, don Enrique.

Historias del Metro dijo...

Leí el artículo en el periódico y me pareció tan bueno que lo subrayé enterito (no sé para qué), y se lo hice leer a todos mis compañeros. La verdad, no sabía que este señor tuviera tan buen criterio, pero creo que es alguien muy respetado en la sociedad y me encantaría que metiera un poco más las narices en la política, pues nos haría mucho bien alguien así, en vez de los mantequillosos y escurridizos políticos que tenemos ahora mismo en la oposición. Lo llevo fatal, fatal.

Anónimo dijo...

Qué bien razonado y qué claridad.

Y yo no puedo asegurar, como hace seneka, que esto no sea un ardid del gobierno para que el debate de los españoles no se centre en la economía. Hay temas que el gobierno tiene en sus cajones y va sacando oportunamente cuando algo le está resultando desfavorable a su propia imagen. Como las intenciones no se pueden llegar a conocer, no puedo tampoco afirmar que así sea. Eso sí, parecer, lo parece.
De esto modo, mata dos pájaros de un tiro (sin ninguna animadversión hacia los pájaros).

Nuevepornueve dijo...

Muy bueno el artículo, pero estoy 100% de acuerdo con Seneka. En mi opinión, es al revés. La cortina de humo es LA CRISIS ECONOMICA para pasar por alto lo verdaderamente importante. Crisis económicas, desaceleraciones, parones de crecimiento económico...son situaciones propias de la dinámica del sistema, y, pequeñas o grandes, siempre las habrá (lo que no quiere decir que los gobernantes, políticos, economistas, empresarios, sindicatos, trabajadores, etc no deban aplicarse al máximo para evitarlas, amortiguar en todo lo posible sus consecuencias y ocuparse de proteger a todos los afectados, según su nivel de desprotección, una vez la crisis es un hecho). Los "cambios" que proponen estos en su segunda ración de "talante" (la 2ª legislatura ZP) son gravísimos, afectan a la naturaleza propia de la sociedad en la que queremos vivir... Con o sin crisis economicas.
No me gusta la política... y además, estoy convencida de que este asunto excede la política. ¿No será que a algunos políticos que no están en el gobierno les interesa que SOLO se hable de economía, para no tener que "retratarse"?

Conrad López dijo...

Nuevepornueve: por supuesto que este tema excede (y con creces) lo "estrictamente" político. Un mínimo de perspectiva teológica de la historia nos hace ver que es así. Es el misterio de iniquidad en una de las manifestaciones más horrendas que la historia de la humanidad nos ha dado a conocer, sin duda.

Un saludo.