Supongo que no habéis olvidado a don Andrés, el sacerdote que nos escribió desde Hong-Kong hace unos meses. Hoy lo hace ya desde Corea. Publico una buena parte de su largo mensaje. Por cierto, hoy es su santo.
Me propongo a escribir unas líneas contando cosas desde el lejano oriente (8 horas de diferencia en invierno). En estos dos meses y pico que han pasado desde la última vez que escribí han pasado bastantes cosas. Korea es un volcán.
Bueno, cuento cosas según me van viniendo a la cabeza.
Al poco de llegar comencé el curso de coreano, que me ha llevado la inmensa mayoría del tiempo estos dos meses. Lo acabé hace dos semanas y el jueves comienzo el segundo curso, que supongo que pasará lo mismo. Confirmé que estudiar coreano no es tan fácil como dice la gente… El primer mes estuve un poco perdido, porque la gente de clase (mayoría de chinos y japoneses) iba al doble de velocidad que yo, la profesora sólo hablaba coreano, y no me aclaraba con lo que estaban pidiendo en cada momento. Cuando me decían algo, muchas veces la única respuesta era sonreír con cara de póquer. Gracias a Dios, no era el único en esta situación. En clase había también dos de la embajada americana que tenían exactamente el mismo problema. Como América pesa mucho aquí, pidieron unas clases especiales por la tarde y se las dieron… y tuvieron piedad del pobre cura, y así pude meterme también en esas clases (nos llamábamos a nosotros mismos el “short bus”, porque según contaban ellos, en Estados Unidos, al colegio se va en autobuses amarillos, excepto los alumnos de educación especial, que van en un autobús más pequeño, el “short bus”…) Además de esos dos días por la tarde, ofrecieron otra clase el viernes por la tarde de conversación, y allá me metí. Total, que entre una cosa y otra, “de gratis” me dieron unas cuantas horas más de clase a la semana.
Ser compañeros de sufrimiento nos hizo bastante amigos. Nos llamaban el “ayoshi team” (el equipo de viejos), porque los demás de la clase eran por lo menos diez años más jóvenes. Nos quedábamos a comer con frecuencia en la universidad, y como ellos son de donde son, siempre iban a por pizza en un lugar barato cerca de la universidad. Nos comenzaron a llamar también el “pizzaship team” (equipo pizzería). La pizzería dio para mucho, porque allí, algunos días faltaba uno de los dos, y con el otro estuve varias horas hablando de Dios, de moral, de la Iglesia…
Luego está la historia de Sam, un neozelandés pelirrojo con una patillas que le llegan hasta la barbilla. Él es protestante y está aquí por su novia, que es coreana. Sam está intentando cuadrar la boda para este año próximo, y parte de la historia era conocer a los padres de la novia. Aquí en Corea, el padre es un auténtico patriarca, con un respeto grandísimo. Sam vino a estudiar coreano para poder tratar al padre de su novia. Es un tipo echado para adelante. Bien, pues Sam es un buen protestante, y ha estudiado bastante la biblia. Hace unos días nos fuimos a comer a una especie de McDonalds de comida mejicana, que le encanta, y estuvimos un par de horas hablando de Dios, de la Biblia, de un montón de cosas.
Dejando de lado los cursos de coreano, en septiembre organizamos una meditación para gente joven. Después comíamos con ellos en el centro a base de pizzas, o comida china, que es más o menos barato. Enseguida comenzó a aparecer gente, amigos de amigos, otros que habían desaparecido del mapa hacía meses, y dividimos el grupo: en inglés los jueves y en coreano los sábados.
Otro día, más. Acordaos de nosotros.
9 comentarios:
Esta salida a Corea me ha venido "al pelo"....voy a rezar por esos valientes....
Saludos
Pues hace pocos días pensaba en él, precisamente. Muchas felicidades y que celebre muy bien su primer santo en Corea.
¡¡¡Qué ilusión!!! Justo en este momento estaba encomendando al "hermano pequeño de Pedro", al escuchar por la radio cómo felicitaban a todos los que celebraran su santo hoy. Me encantan las noticias que envía: como la vida misma!!!
El abuelo de una amiga mía fue el primer coreano converso al Protestantismo y su familia lo tiene a mucha honra. Huyeron de allí hace muchos años y viven en Argentina.
Seguro que D. Andrés aprende coreano y lo que haga falta; mientras tanto, no parece irle nada mal. Seguiremos rezando.
!Qué bueno que se haya acordado de nosotros!! Seguiremos rezando por ellos. Se le ve muy bien ambientada, por cierto.
La verdad es que es una Alegría tener noticias suyas. No dejé de contar la anécdota de su nombre en chino.
El coreano es duro sí. La verdad es que si puede hablarlo en dos meses para poder dar unas charlas, está hecho un hacha (inglés + castellano incluidos)
Te deseamos lo mejor Andrés, que la labor siga dando su frutos y pueda dialogar con mucha gente de otras confesiones.
Genial la crónica coreana.
Me ha encantado los distintos nombres que identifican al grupito de estudiantes
Es genial saber de las luchas y proyectos de personas que ahora mismo estan tan lejos. Ayudan a relativizar las propias dificultades, y a rezar por ellos.
Gracias
Que inyección de apostolado optimista. Me renueva las ganas cuando leo testimonios de esta clase." Si D. Andrés puede, yo con la ayuda de Dios también podré.
He leido " El Belen que puso Dios". Me ha ayudado mucho.Gracias.
Gracias a D. Andrés y mucho ánimo. Pediremos por él. Me quedo con una idea, yo también quiero ser un buen protestante.
Bueno la verdad es que me entero de que corea en un volcan... algun dia me gustaria poder conocer corea la verdad...
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