jueves, 16 de mayo de 2019

España


Hace años, Luis Alberto de Cuenca dedicó un breve poema a "Antonio Fontán. mi maestro". No lo he visto publicado en ningún libro, pero ha aparecido en las entrañas de mi ordenador. A lo mejor lo incluí en el blog en otro tiempo, pero como no quiero perderlo y cada día parece más actual, lo reproduzco ahora.


Es un lugar muy triste que ha prohibido los héroes
y ha dejado pudrirse las rosas del escándalo.
Siempre he vivido en él. No sé si en otra parte
habrá tantos borrachos y chicas tan espléndidas.
Es sólo un lugar pobre que ha perdido su alma
sin ganar nada a cambio, un lugar sin futuro,
un puñado de tierra desunido y estéril.
Por él daría mi sangre hasta la última gota.

2 comentarios:

Antuán dijo...

¿Y por qué dice eso el poeta? A mi esto me trae el recuerdo de mi primera excursión de la escuela Campo de Criptana; que entramos en uno de esos molinos y como alucinábamos con la historia del guerrero don Quijote y hacíamos risas con Sancho panza. ¿Que pasa con la aventura? Acabo de decir que de la Mancha se acaba de ir mi hermano a dar otra vuelta al Mundo. Con lo puesto prácticamente (una mochila). Es verdad que hay pueblos que solo recobran vida los fines de semana y en vacaciones porque la gente huye de la bulla. otros han decidido quedarse y darle vida al campo, se de más de uno. y hacer de casa viejas, en casas rurales. A Dios ¡Gracias!. ¡Que van a perder su alma! Acaban de abrirse las rosas trepadoras alegrando las fachadas de tantas casas medio derruidas. ¿No es eso motivo de alegría? Y como vuelven a brotar árboles ya secos como diría Machado y le canta Serrat. Los he visto. Hay queda eso. Adiosle

Papathoma dijo...

Suena tan triste al leerlo...hasta que uno llega al final y renace la esperanza.