jueves, 23 de mayo de 2019

La suegra y la Iglesia




"Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces a ella se le pasó fiebre y se puso a servirlos". 
El búho asegura que fue un milagro facilito, una simple fiebre que se cura con paracetamol. Quizá no valía la pena contarlo en el Evangelio.

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Siempre que leo este pasaje recuerdo una conversación con mi amigo Vicente, un viejo párroco valenciano que lleva ya algunos años en el Cielo. Yo había hablado de la Iglesia en un retiro para sacerdotes, y recordé que en la Sagrada Escritura hay multitud de imágenes mediante las cuales la revelación habla de su Misterio inagotable: La Iglesia es Cuerpo de Cristo y Esposa; Pueblo de Dios, Jerusalén celestial, redil…
Al terminar, Vicente y yo charlamos a solas: 
—¿Sabes lo que piensan en mi parroquia sobre la Iglesia? Para algunos es algo así como la suegra de Pedro.
—A ver, explícate.
—Sí, hombre; saben que la Iglesia tiene algo que ver con Pedro, igual que su suegra; y suponen que está vieja, que posiblemente chochea un poco; que tiene fiebre…, nada importante. A la Iglesia, se le llama "madre", También a la suegra; incluso "mamá"; pero solo es suegra. Un poco gruñona, siempre criticando a sus yernos. No les deja vivir en paz, con sus mandatos y prohibiciones. Sobre las suegras se hacen chistes, algunos buenísimos. Con la Iglesia también se bromea. En el fondo la quieren mucho, como a la suegra, pero se avergüenzan de reconocerlo ante los demás.
—¿Y no ven algo bueno?
—Claro. Dice el Evangelio que Jesús curó a aquella mujer en un segundo y ella se puso a servirles. Es lo que hacen las suegras. Y también la Iglesia. Hay suegras-canguro, de gran utilidad para toda la familia. Y encima, no cobran. Igual que la Iglesia, que se conforma con unas monedas en la misa del domingo. Sale más barata que el parquímetro. Recurren a la Iglesia para bautizar a los niños, para la Primera Comunión, para limpiarse el alma, para las bodas, que en el templo resultan la mar de solemnes, no como en el Ayuntamiento. La Iglesia, como las buenas suegras, está siempre disponible, a cualquier hora del día o de la noche… ¿Comprendes por qué el Señor curó instantáneamente la gripe de la suegra de Pedro? ¡Alguien tenía que hacer la comida!
Vicente era un buen párroco, un  hombre de Dios, pobre y entregado a sus feligreses, como tantos que yo conozco. Ni que decir tiene que su desahogo sólo fue una broma. Él sabía, como  yo, que nuestra Madre la Iglesia es santa porque hunde sus raíces en la Iglesia triunfante, que la alimenta desde el Cielo; porque custodia en los sagrarios al Cuerpo de Cristo; porque el Espíritu Santo la nutre; porque la Virgen María es su Madre y modelo. Y porque sigue habiendo multitud de santos de todas las razas y condiciones; obispos santos, sacerdotes santos, y abogados, agricultores, comerciantes, mendigos, deportistas, obreros, políticos…
También hay heridos y enfermos repugnantes, claro que sí; pero ya nos dijo el Papa Francisco que la Iglesia es un hospital de Campaña que cura todas las heridas. Las suegras no llegan tan lejos. 




2 comentarios:

mila dijo...

Buenos días,
yo era una seguidora diaria de su blog hace años y lo dejé de seguir porque casi "cerró"... no sé cómo lo abrí la semana pasada y qué grata sorpresa... los comentarios que hace cada día me parecen inmejorables y me ayudan en mi relación con los de "Arriba", sobre todo con Jesús y la Virgen. Le agradecería si algún día nos habla del Espíritu Santo, el gran olvidado, seguro que usted no lo tiene ovidado y lo que diga me ayudará.
Muchas gracias y siga activo por favor.

Juan Pedro dijo...

Genial, don Enrique, como siempre. Y muy divertido. Me he reído a carcajadas.

Un admirador y seguidor muy callado, que nunca comenta pero le sigue casi día a día.