—Esta
vez os habéis pasao tres pueblos. ¿Puente? ¡Esto es el acueducto de Segovia! El
miércoles, día del trabajo; el jueves, fiesta de la Comunidad de Madrid; el
viernes, descanso; el sábado, sábado, y el domingo, domingo. ¿Es que nadie
trabaja en esta tierra?
A Martin
le gusta ejercer de extranjero a pesar de que lleva en España 40 años, o sea,
desde que hizo la primera comunión, y habla un castellano perfecto con música y
letra del barrio de Chamberí.
Martin,
con su melena rubia cada día más rala y su mirada azul, cuando va a El Corte
Inglés o a cualquiera de las tiendas de moda del Barrio de Salamanca, improvisa
un acento británico espantoso y charla con las dependientas (con ellos no; solo
con ellas) como un guiri cualquiera. Luego remata la faena pasando bruscamente
al castellano-madrileño, no compra nada y se va con la música a otra parte.
—¿Te das
cuenta que esa gamberrada es típicamente española? —le sermoneo—. Eres más
hispano que el jamón ibérico.
El caso
es que Martin es amigo mío desde que estudiaba en la Facultad de Medicina. No
terminó la carrera —había que currar demasiado— y se pasó a Derecho. Tampoco
triunfó como jurista, ya que en segundo de carrera comprendió que lo suyo era
la informática. Algo debió de aprender, puesto que se pasa la vida jugando con
su tableta, antes de abandonar definitivamente la Universidad.
Con
todo, Martin es un buen chico lleno de grandes y utópicos deseos. Ayer estaba
indignado:
—¡Ni una
tienda abierta en todo Madrid! ¿Es que no curra nadie en esta tierra?
—Es el
día del trabajo —le recuerdo—.
—Más a
mi favor. ¿Hay algo abierto esta tarde?
—Sí. Los
confesonarios; el mío está abierto todo el día, y además hay rebajas. ¿Te espero?
Martin
inclina de lado la cabeza con un gesto muy suyo, sonríe y me dispara con el
dedo índice.
—Buen
intento, don Henry. Pero hoy no…, mañana.
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Gracias a Dios. Hay de todo. Los que esos día se dedican a otras labores. A mi no me falta. Acabo de terminar un rato de oración; que también es trabajo, sobre todo porque no es fácil desconectar. Es más si estás con Dios es cuando se te ocurren más cosas y trabajamos juntos. El menú de mañana. Lo hemos cambiado, precisamente porque es fiesta: san Felipe y Santiago; además de la Cruz de Mayo. Y después de poner unos macarrones... mañana lo que pega es una paella. Me lo ha sugerido la familia de Nazaret. Hecho. Y por la noche me pasa, idem es cuando me vienen venga de luces y tengo que apuntarlas. ¡Que os cunda! Y a disfrutar. Adiosle
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