El globo sigue en vuelo, pero el piloto necesita un día de respiro. La beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri, la tertulia multitudinaria de Vista Alegre y la Misa de acción de gracias, le han dejado sin palabras y sin fuerzas para encontrarlas.
Aquí si que vale ese famoso proverbio: "una imagen vale más que mil palabras". Uno necesitaría llenar muchas pantallas de ordenador para transmitir alguna de las emociones de estos últimos días.
Es verdad, Guadalupe está en el Cielo, y una chispa de ese Cielo ha iluminado el enorme palacio que fue en tiempos plaza de toros.Dicen que éramos once mil, y debe ser exacto porque no quedaba un asiento libre. Unce mil risas y sonrisas; once mil aplausos, y una sola alma, un solo corazón que latía fuerte en el corazón de once mil locos.
Mañana el globo remontará el vuelo. Por hoy, basta.
6 comentarios:
¡Me tomarían por loco! decía san Josemaría cuando cuenta como Dios le hizo sentir que era su Padre. Iba en un tranvía y seguía repitiéndolo por Atocha. Si ya lo decía yo que el Espíritu Santo vive en Atocha; en algún sitio. Y¡Cuantos locos! no le han seguido ¡Ya! y tantos que vamos detrás. Yo he seguido las ceremonias por la tele y el ordenador. Por cierto don Enrique que le he visto con su librito y una rosa. Estoy volviendo a rezar con. Letras a un santo. Que le escribía Guadalupe a san Josemaria y te das cuenta que no es tan difícil ser santo. El orden por ejemplo. Acabo de poner un poco en mi cuarto que parece una leonera y tantas cosas que es cuestión de ponerse. ¿que no sale a la primera? Pues a la segunda. Las que haga falta. Y a rezar unos por otros. Y ¡Adelante! Adiosle
Once mil personas moviéndose del asiento para ir a comulgar. Abuelitas con bastón trepando por esos escalones tan empinados. Jóvenes y jóvenas con sonrisa deslumbrante dirigiendo el tráfico de gente. ¡Qué bonito fue!
Me gusta mucho la imagen que ha puesto de Guadalupe. Refleja divinamente su realidad de mujer profesional, amante de los libros, elegante, llena de luz y de muchas cosas más. Estaría bien que ella nos soplara al oído la fórmula para lograr tan buenos resultados.
...y todos los miles que estaban siguiéndolo a través de Internet. Mi madre, a sus 91 años, estaba emocionada como una niña. "No me he perdido detalle", decía.
Impresionaba ver el cariño que la tienen en México, después de tantos años.
Yo también me subo al carro de Guadalupe y le pido esa alegría contagiosa que a ella le salía tan natural.
Estoy completamente segura
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