Hoy debería contar muchas cosas.
Por ejemplo, que los chicos y chicas de 2º de bachillerato han recogido sus notas finales entre abrazos, risas y clines (de ahora en adelante los escribiré así) para secarse las lágrimas.
Elena, que calza zapatos masai como los míos, ha sacado 9,8 de media en los dos cursos, y me enseña el papel que lo acredita. Si ya se lo decía yo: son zapatos mágicos.
...Pero no puedo seguir. Tengo los ojos rojos e hinchados como dos cerezas maduras y me pican como como guindillas rabiosas. La culpa es del polen: a la vejez, alergia. Lamentablemente tampoco veré el partido.
Ya lo dijo el poeta: la primavera ha venido y doña Bibiana Aído.
¿O no era así?
3 comentarios:
Pero qué vejez ni qué vejez, D. Enrique, si está usted hecho un chaval.
Se lo he dicho, los del Barça se han despeinado un pelín.
¡Liiiiiiiiiiiiiiiiiiiiga, Cooooooooooooooooooopa i CHAMPIONS!
Cuídese, que la alergia es un tostón, pero nada podrá con don Enrique Monasterio...
Creo que el poema era de otra manera...
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