miércoles, 13 de mayo de 2009

Supermartes con esdrújulas



Los americanos tienen un “supermartes” cada cuatro años. Yo tengo uno a la semana, y, como suele ocurrirme, ayer lo terminé a duras penas.

A las 12,15 del mediodía salgo del confesonario y entro en el coche camino de la Clínica Anderson. Pongo la radio: “Debate sobre el estado de la nación”. Insultos, aplausos, frases huecas, esdrújulas, esdrújulas. Y más aplausos.

Al abandonar la clínica, entro de nuevo en el polo. Nada ha cambiado. Sigue el mismo orador inventando esdrújulas para arrancar aplausos. Camino de casa rezo el Rosario.

A las 2 vuelvo a salir para predicar un Retiro. La radio da resúmenes del discurso de la mañana. Me entretengo contando las palabras agudas que el insigne orador ha convertido en esdrújulas. Luego apago el aparato y trato de pensar en la primera meditación. Me prometo solemnemente no decir nunca “mÉditación”, con acento en la é.

Termina el retiro. Entro en el automóvil y otro orador de eses silbantes grita y grita entre los aplausos de los suyos. Éste no dice esdrújulas. Menos mal.

A las 6 de la tarde, de nuevo en el coche, empiezan los debates sobre las esdrújulas, quiero decir sobre la gresca parlamentaria. Y me viene a la cabeza el recuerdo una imagen de la Virgen: Nuestra Señora del silencio, patrona de los sordos, que tiene el dedo índice delante de los labios como invitándonos a callar. Hago el propósito, que no cumpliré, de regalar una estampa con esa imagen a cada uno de los parlamentarios; a los que alborotan y a los que sólo aplauden. Luego escribiré a esa Virgen un poema sencillito, sin esdrújulas ni nada; casi sin palabras, un poema que quepa en un beso para decirlo en voz tan baja, tan baja que sólo Ella lo pueda entender.

A las diez menos cuarto de la noche regreso a casa definitivamente. No se me ocurre poner la radio; prefiero oír en un disco unas sonatas de Mozart en las que los silencios son tan expresivos cómo los acordes del piano y el llanto azul del violín.

9 comentarios:

GAZTELU dijo...

Donde está esta Virgen D.Enrique, me enamoro.
GRACIAS

Bernardo dijo...

Esa imagen de Nuestra Señora del silencio siempre me ha gustado mucho. La postura del niño Jesús rollizo, con el brazo colgando, es real como la vida misma.

Isa dijo...

¿Y por qué no cumple usted el propósito? ¡si usted se atreve a todo!
Qué capacidad tiene de conducir mientras cuenta esdrújulas y agudas, jeje, menudo crack...
Lo del poema que quepa en eun beso me ha encantado, qué poético.
La Virgen es preciosa, ¿dónde esta esta talla?

Enrique Monasterio dijo...

No sé dónde está la imagen que he puesto. En todo caso hay bastantes versiones diferentes de la Virgen del silencio, y todas dicen ssshhh...
Buscadlas en google.

Isa dijo...

Gracias, Don Enrique.
Debería ponerse esa imagen en el estudio de mi Centro...

Yomisma dijo...

La Virgen del Silencio esta encima de la mesa de despacho de mi padre, que tiene ya un montón de nietos, y de vez en cuando la implora con gran fervor. Es tiernita.

Anónimo dijo...

¡Oh María, mi santa y buena Madre! Ayúdame a comprender el valor del silencio para encontrar a Dios. Ayúdame a callar para escuchar la Sabiduría del Eterno. Ayúdame a extraer del silencio lo que encierra de grande, de sobrenatural, de divino. Ayúdame a hacer de él una oración perfecta, una oración de fe, de confianza y de amor, una oración vibrante, dinámica, fecunda, capaz de glorificar a Dios y de salvar almas. Amén.
Marta Robin 1981

Anónimo dijo...

Pues a lo mejor tiene que empezar a esdrujulear porque, por lo visto, es eficaz. Parece que convence.

¿Qué tal poner esta imágen de la Virgen en vez de Bono? y en cuanto empiecen a contar mentiras..."se le ha acabado el tiempo señoría"

Anónimo dijo...

"casi sin palabras, un poema que quepa en un beso para decirlo en voz tan baja, tan baja que sólo Ella lo pueda entender."

OOOOOOOOOOOOOOOOHH