La tormenta
Trato de preparar las clases de la
próxima semana, pero estoy cansado de tanto trajinar con las maletas, y el peso insoportable del aire caliente me aplasta contra
el teclado del ordenador.
Se está preparando una tormenta. Nadie
me lo ha dicho, pero he oído a lo lejos un amago de timbales en el cielo y el aire
se ha impregnado del aroma sulfuroso que trae el ozono. Las nubes nacen y
crecen aquí mismo. Son nimbos blancos, inofensivos, que de pronto se oscurecen
y planean sobre nuestras cabezas como aves carroñeras. No tienen prisa; cargan sus
depósitos de agua y aguardan
pacientemente al fulgor del primer rayo y estampido del trueno. Los pájaros ya
se han ido en busca de sus chubasqueros.
Pido al Señor que descargue cuanto
antes la tormenta; que nos apedree si quiere, pero pronto. Necesito abrir la ventana
y que entre de una vez el viento húmedo y fresco.
Pasan los minutos y no ocurre nada.
Se han ido las nubes. Anochece. ¡Qué crueles me parecen esta noche las
estrellas!
10,30. Llega la tormenta con lluvia, viento y aparato eléctrico. Oigo una voz desde el Cielo:
--hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?
4 comentarios:
cuando empezó la tormenta me acorde de inmediato de usted y pensé : como se descuiden en su casa se baja a la calle a empaparse de agua con los brazos abiertos y la cara mirando al cielo. Y abro el ordenador antes de acordarme y leo esto, jajajaja
A todos nos ha venido estupendo esta descarga del cielo.
No vamos bien, esto es mucho más sencillo.
No te compliques tanto. Sólo se trata de ser felices y, esencialmente, de hacer felices a los demás.
En Cádiz,estamos teniendo un verano fresquito,fresquito,me paso el día con la chaqueta puesta , hay un vientecito de poniente maravilloso,y entre unas cosas y otras no he ido casi nada a la playa.
Despues de la tormenta llega la calma, por eso a veces deseamos tanto esa tormenta....
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