Mendigo de guarda
Cuando
me di cuenta pensé que ya era demasiado tarde. Cuatro horas antes me había dejado el Ipad
en el coche, sobre un asiento, a la vista de todos los que pasasen por la acera
de la calle Lagasca. Salí corriendo, tomé el ascensor y empecé a pensar en el
desastre: la ventanilla rota, el Ipad robado y la pérdida de las clases
que debo dar en los próximos días, las meditaciones, la agenda, los contactos…
A
seis o siete metros del coche vi que, en efecto, la ventanilla estaba abierta y que junto a
ella había alguien. El sol me deslumbraba y no pude identificarlo hasta llegar a
su lado. Era uno de los mendigos de la zona, cuyo nombre ya he olvidado.
Al
verme, levantó los brazos con un gesto de reproche:
―Padre,
se ha dejado la ventana abierta y ese aparato ahí. Ya sabía yo que era
usted. He estado vigilando toda la mañana. Hay mucho chorizo por aquí… A ver si
tiene más cuidado.
No
sé qué le dije, pero le di un abrazo y 10 euros de propina, que aceptó como
quien recibe una recompensa bien merecida.
―¿Quieres
tomar algo? ―añadí―. Te invito a una caña.
―No.
Con este calor, ando con el estómago revuelto…
20 comentarios:
¿Sólo 10 euros?
Llevaba 15 encima. Con los otros cinco me daban para una caña.
Él no lo sabía pero estaba ganando un fiel amigo.
precioso eso nos enseña a no juzgar a nadie.
NO LO CUENTA DOS VECES!!
¡Qué respiro más profundo daría, Don Enrique! Uff!!
Este mendigo, cuidador de su Ipad, debía estar compinchado con su custodio para que salieran ganando los dos. Usted recuperó su Ipad con su contenido, que no será poca cosa, y él los 10 euros y un buen saco de oraciones.
Una historia redonda como muchas de las que nos cuenta.
Usted lo que tiene es un custodio (perdón, dos custodios) que son un primor. MEnuda suerte ha tenido.
Muchos dirían que buena suerte, yo digo que buen testimonio!
!Qué suerte! y qué alegría se llevaría no?
¡Qué buena gente hay suelta por ahí! ¿Por qué no nos fijaremos más?
¡Enhorabuena!
Recuerdo una cancion de Joaquin Sabina...se la dedicaba a unos "chorizos" que, al reconocerlo, le devolvieron todo lo robado y se fueron con el de juerga. Le pidieron una cancion y se la dedico.
Creo que sus mendigos -y sobre todo su mendigo de la guarda- se merecen un libro... ;)
Escribo ya que he vuelto de mi "retiro" en las montañas de cierta sierra del sur.
Me alegra leer esta anécdota. El aspecto oculta muchas veces una gran Alma, y encima las personas que se hacen querer reciben sin quererlo las mejores recompensas.
Este señor se portó como debe, y creo que debió de ver usted en muchas ocasiones a una buena persona (no es peloteo). De él hay que tomar ejemplo creo yo.
¡Un saludo a todos los globeros!
No entiendo nada....entonces ¿la crisis económica no hace que la gente robe más?......inconcebible.
Realmente una anécdota estupenda! :-) no se, a mi me alegra el día saber que hay gente honrada, es estupendo! Y usted es un sol jejeje
Me encanta leerle Don Enrique!!y desde luego la entrada d ehoy -como sempre- no tiene desperdicio...
Un cordial saludo!!
Esto sólo le pasa a usted,ja,ja.Realmente enternecedor lo que hace el aprecio por usted.
¡Qué suerte que se olvidara el iPad en el coche, con la ventanilla abierta! Si no, nunca tendríamos evidencia de la bondad de esa persona. Como ocurre con tantas otras, a veces con cara de malos...
José Juan
No le vi yo cara de malo
Usted siembra lo que cosecha!!!!!Me encantó!!!
Marite
Marité, ¿Don Enrique "siembra lo que cosecha"? Suele ser al revés. Claro que como es de Bilbao... a lo mejor esto también lo hacen como quieren, je, je.
Un saludo.
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