jueves, 11 de agosto de 2011

70 veces 7

―¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano? ¿Siete veces? (del Evangelio de hoy).
 Confesonarios de la JMJ. En el Parque del Retiro habrá 200 como éste


Hace muchos, muchos años, celebraba yo una Misa para las niñas que iban a hacer la primera Comunión poco después y, en la homilía, decidí hablar del Sacramento de la penitencia.
―A ver, Sonsoles. Si al salir de misa te doy sin querer una patada en la espinilla y luego te pido perdón, ¿tú me perdonas?
Sonsoles, que estaba en la primera fila, replegó la pierna con cara de susto y, a continuación dijo que sí, que me perdonaba.
―Y si te doy una patada adrede ―insistí―, pero vuelvo a pedirte perdón ¿me perdonas también?
Sonsoles miró a izquierda y derecha, se puso un poco colorada y respondió que sí, que estaba dispuesta a perdonarme.
―Y si, después de que me perdones, te doy otra patada…
―¿Adrede…?
―Sí, adrede. ¿Me perdonarías si te pido perdón otra vez?
Sonsoles tardó un rato en contestar; pero, al fin, respondió:
―Vale, te perdono.
A la tercera no tuve tan buena suerte. Antes de que terminara la pregunta, me interrumpió Sonsoles con un ¡no! completamente razonable y añadió que ella me daría una patada a mí.
Todas las semanas, cuando me acerco a pedir perdón al Señor, al contemplar lo monótonas y reiterativas que son mis ofensas a Dios, procuro darle gracias porque Él es infinitamente más misericordioso que Sonsoles. Y eso que Sonsoles era una niña encantadora.

10 comentarios:

Papathoma dijo...

Cuando riño a mis hijas y se me escapa un impaciente "ya te lo he dicho mil veces..." me entra después una vergüenza horrorosa y pienso en las miles de veces que Dios me perdona cosas bastante menos inocentes que las de mis pequeñajas.

Quizás si todo el mundo se confesara con más frecuencia, seríamos todos muchos más comprensivos con los errores ajenos.
(Sí, hasta con los que han usurpado el espíritu del 15-M para sus vergonzosas ¿reivindicaciones? Por cierto, genial el artículo de E.G-M)

Almudena dijo...

Es verdad que una no es consciente de lo lejos que está de Dios hasta que no piensa en lo mucho que le cuesta perdonar. Es como la "cuesta arriba" del amor. Por cierto, me encanta la anécdota. Hablar con niños es un lujo

Pseudonima anónima dijo...

Jo , pues menudo dolor de espalda y solanera para el pobre sacerdote!! Pero alguien piensa alguna vez en ustedes en serio?

yomisma dijo...

La verdad es que son bien chulos esos confesionarios. Supongo que no son como el armario de Narnia, pero confesar al aire libre también tiene su aquel.

antónimo dijo...

para reconciliarse con Dios primero tiene uno que reconciliarse con el hermano. La confesión no es un salvoconducto.

Mercedes dijo...

Antónimo, se supone que si vas a pedir perdón a Dios es porque te has dado cuenta de que te has portado mal con el hermano y estás arrepentido. Si no hay arrepentimiento (dolor de los pecados) y propósito de la enmienda, no hay nada que hacer, no vale la confesión. Y cuando lo sientes de verdad, buscas la ocasión de pedir también perdón personalmente a quien hayas ofendido, si es posible.

Vila dijo...

Te equivocas antónimo, para ser capaz de perdonar a los demás primero tienes que estar tú en paz, y para ello primero hay que ser humilde, bajar la cabeza, y pedir perdón por las propias acciones, de forma verdadera y contrita de la forma que estableció Jesús y que indica la Iglesia: a través de la confesión.

Tu comentario ha sido capaz de que rompa el silencio que tenía estos días.

Buenísimos vídeos D.Henry. estoy disfrutando con ellos aunque no comente nada.

Anónimo dijo...

Mi hija de 4 años me pide muchas veces perdón, y siempre le digo que sí. Pero hay veces que me entran ganas de gritar: ¡No te perdono!, y me viene a la mente "hasta setenta veces siete"...
Gracias, D.Enrique, esto anima a seguir confesando, aunque siempre sea de lo mismo.
¡Yomisma, vente a la JMJ, que os vamos a echar de menos!
Monse.

Juana la loca dijo...

Me parece que antónimo tiene razón. Lo que dice es lo mismo que lo establecido por las expertas. Es a caces mas fácil ir y pedir perdón en un confesionario que hacerlo cara a cara con un ser querido.

DAVID DIAZ CRIADO dijo...

Pues yo creo que Antonimo tiene razon en lo que dice: solamente quiere recordarnos el Evangelio cuando Cristo dice "cuando vayas a presentar tu ofrenda ante el altar ve primero a reconciliarte con tu hermano ofendido", es decir: la confesion no sirve de excusa para olvidarse del daño que hacemos a veces a otros siendo tan burros.
Ademas eso mismo dice la oracion del PadreNuestro "nos perdonaras nuestras ofensas cuando tambien entre nosotros nos hayamos perdonado -y pedido perdon-"