miércoles, 17 de agosto de 2011

La JMJ desde el balcón

















Hoy he conocido en Ávila a un anciano sabio llamado Jerónimo, que toma el sol de agosto en el parque junto a la muralla de la ciudad.
―Hace fresquito, ¿no le parece?
Según mi termostato debemos andar por los 35 grados, pero no estoy dispuesto a llevarle la contraria.
―La fiesta de los jóvenes ―me dice― se ve mejor desde aquí.
―¿En la tele?
―No. Aquí, en la calle. Ávila es un balcón con vistas a Madrid.
Tiene razón. Madrid está rodeado de balcones desde los que se observa o se adivina todo lo que ocurre en la Capital: Ávila, Segovia, Toledo, Guadalajara… Me temo que esta afirmación no será compartida por muchos lugareños de esas ciudades, pero tampoco voy a entrar ahora en polémicas. Que discutan con Jerónimo si quieren.
Junto a la catedral de Ávila hay un grupo de cincuenta o sesenta chicos y chicas con la camiseta y la mochila de la JMJ. Cantan en una lengua que no logro identificar y agitan una bandera azul con una estrella blanca.
―¿De dónde venís? ―pregunto al chaval que parece llevar la voz cantante―.
―¡Madrid, Madrid! ―responde sin dejar de reír―. Yo no habla…
Logro entenderme al fin con un sacerdote que los acompaña y que chapurrea un poco de italiano.
―Micronesia. Islas Marianas. Reza por nosotros…
Al salir de la catedral nos cruzamos con un grupo de chicas.
―Tú eres de Caracas, a que sí ―le digo a una gordita con cara de felicidad―.
Se le enciende aún más la sonrisa.
―Se equivocó. ¡Somos de Maracaibo…!
Regreso a Molinoviejo a las cuatro de la tarde después de charlar con chicos y chicas de Asturias, Japón, Filipinas, Argentina, Bari… Ávila está invadida por la JMJ igual que los restantes balcones.
La toma de Madrid aún no se ha consumado. El desembarco llegará mañana. Preparaos.

3 comentarios:

Bernardo dijo...

Ayer, comiendo de menú en un bar cerca de la oficina, había un grupo como de 10 chicos de rasgos orientales y un acento yanqui en el habla.

El camarero del bar cambió el canal de la TV, de Los Simpson al informativo de Cuatro. Dos mujeres ucranianas trepaban a un furgón policial y se desnudaban. Aullidos de los clientes habituales del bar, jaleados por el camarero. Vergüenza ajena.

Anónimo dijo...

Pues en Madrid hay ya un ambientazo increíble... Esto es espectacular.

Papathoma dijo...

El Retiro está literalmente tomado por la JMJ. Es impresionante el ambientazo que hay. Un lugareño me comentaba en el Metro, sorprendido, que aún no había visto ni a uno de ellos borracho.

He visto los 200 confesonarios en activo...y alrededor, voluntarios jovencísimos te preguntaban, la mar de respetuosos, si deseabas confesarte. Te explicaban cómo "funcionaba" aquello y te daban un folleto editado por la JMJ para prepararte (una pasada el folleto).

Casi me dio vergüenza decirles que no podía, que me iba a repartir fruta con los de Papafruit. Tuve que prometerles que iría el sábado.