sábado, 11 de septiembre de 2010

Palabras de madrugada


Paso por el Mercado de la Paz a las siete y media de la mañana. Los gritos de los que descargan mercancías suenan bien, como una sinfonía laboral llena de imágenes audaces, tacos oportunos y palabrotas magníficas.
A continuación oigo por la radio las "declaraciones" de un famoso entrenador de fútbol que aún no habla bien nuestro idioma, pero ya ha aprendido a blasfemar. Supongo que no sabe lo que dice.
Después leo en la prensa un artículo sucio, soez y pobre de un buen escritor. Me temo que también es académico de la Lengua. Me alegra comprobar que sus obscenidades suenan artificiosas, como si no estuviese acostumbrado a hablar así.
Regreso a casa para asistir al Círculo. El director comienza leyendo el evangelio del día: “De lo que rebosa del corazón habla la boca”.
¿De verdad? ¿El lenguaje es algo más que una moda irrelevante? ¿Tan sucio tenemos el corazón?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo quiero pensar que más que sucio el corazón es que lo tenemos "acorchao". Lo que falta es finura, criterio para discernir y valentía para ir contra la moda general. Personalmente lo que observo es que hay un comportamiento lingüístico y gestual distinto en público que en lo privado: el colega que se recrea en la bordería y la ofensa a la religión, habla de otra manera en una conversación de tú a tú, pero cambiará de nuevo si llega una tercera persona....y hablo del ámbito académico universitario. Quiero pensar que otra forma de hablar es posible, que hay que ser cada vez más "alternativos" y que esa alteridad es ya hoy una manifestación no sólo de buena educación, sino de buena cabeza...
Y por otra parte, esto es en España sobre todo. Lo digo porque los extranjeros que aprenden español de un profesor peninsular son más groseros y bruscos en sus expresiones que los que lo hacen de un hispanoamericano (no siempre, pero sí con preocupante frecuencia). Pero esto es ya otra historia más larga de contar.... Eva

Anónimo dijo...

Quizá sea exceso de espontaneidad. No pensamos lo que decimos y decimos cosas que no sentimos. Pensar que muchas cosas depende de la forma en el decir. AC

Antuán dijo...

Eva no tengo mucho más que añadir. pero se me ocurre que se supone que es la cabeza quien manda dicen a los organos la orden de que hacer (reflejos o pensamientos y sensaciones más o menos voluntarios) ¿es eso lo que ensucia el corazón? me cuesta creerlo. ¿que pasa con la voluntad? de querer o no querer. Soy yo quien decide. Ignorancia colegas. una vez le queria vender una tele aun gitano y regateando me dijo: la hostia. ¿tu sabes lo que has dicho?. -pues eso, lo dice todo el mundo. ¡Eso es una cosa sagrada! ¡El mismo Cuerpo de Jesús , Hijo de Dios! te enteras. -ah! bueno. pues buscate otra exclamación. y respeta esa que es lo más grande de este mundo mundial. Adiosle.

Anónimo dijo...

Queridos hermanos, ustedes son una manga de ahueonados/das. Que Dios los perdone.