lunes, 29 de agosto de 2011

Et incarnatus est...



Me pides que “comente” el breve pasaje de la Misa en do menor, que puse en el globo hace unas horas.
Supongo, querido Carlos, que no esperas un comentario erudito. Soy casi analfabeto en historia de la gran Música. Me limito a oírla con atención y a descubrir, de tanto en tanto, pequeños y grandes tesoros que otros han descubierto ya hace siglos.
En mi temeraria opinión, la Misa en do menor nos lleva a la cumbre del talento creador de Mozart, por encima incluso de su Requiem. Es cierto que se trata de una obra incompleta. Dicen los que saben que le falta orquestación; pero es evidente que su autor disfrutó como nunca al crearla, tal vez porque es la única Misa que escribió sin que nadie se la encargara.
En los ocho minutos y medio que dura el pasaje, una soprano excepcional canta un solo versículo del Credo: “et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est. Se encarnó por obra del Espíritu Santo, de María Virgen y se hizo hombre.”
Mozart, ante un Misterio tan grande e inefable, se ve incapaz de condensarlo en unas pocas notas. Por eso se alarga y se alarga; se sumerge en su propia melodía, la saborea deleitándose en ella, amaga por dos veces un final, se arrepiente y recomienza de nuevo. La voz límpida de la cantante parece emular un canto virginal, una nana, nacida en los labios de María Santísima.
Al término de este versículo, el genio de Salzburgo da por concluido el Credo y comienza el Sanctus. Aún falta más de la mitad, pero no tiene fuerzas para seguir. Los “expertos” dicen que lo dejó incompleto. Yo digo que no.
Mozart nunca más escribió un Credo. No podía hacerlo. Mi cultura musical es mínima, pero estoy seguro de lo que afirmo; el mismo Mozart me lo  contó esta mañana al oído.
 

2 comentarios:

T dijo...

Encantadora explicación don Enrique. ¡¿Quién necesita una erudita explicación?!

Antuán dijo...

A ver si me acuerdo de mi cuaderno: "locuras de ida y vuelta"...Se puede vivir siempre en do menor, una nota sostenida y a por otra, prefierom calzarme las playeras y atravesar tu corazón con besos" y sigue, cada cual puede inventar su propia sinfonia aunque sea a golpe de martillo y de cincel, dentro de unos dias me enncontraré con mi amigo el herrero hombre piadoso, como se arregla para ir a Misa y no de Mozart que es lo de menos porque lo que importa es el Sacrificio, el Altar, la Ofrenda. ¿lo he dicho bien? Adiosle