Bajo a Madrid para ver a un enfermo y aprovecho para comprar algunas cosas: crema de afeitar, pasta de dientes…
La droguería, habitualmente muy concurrida, está desierta; sólo hay un dependiente con cara de aburrido que ya me conoce de otras ocasiones.
—Qué, ¿de vacaciones?
—No mucho, la verdad. ¿Y usted?
—Aquí, en el curro. Pero no viene nadie. Este barrio se vacía en agosto. Por cierto, ¿le importaría quedarse solo en la tienda unos minutos? Es que tengo que ir a… y no quiero cerrar la tienda por eso.
Pongo cara de infinita comprensión y, sin esperar respuesta, sale como una flecha y entra en un hotel que hay enfrente.
Total, que me he quedado al mando de la perfumería, con la caja abierta y todo el género a mi disposición. Lástima que no haya entrado ningún cliente: habría sido divertido ejercer de droguero o perfumero, y habríais podido acusarme injustamente una vez más de inventarme las anécdotas que cuento.
Diez minutos largos ha tardado en regresar el dependiente.
—Perdone, pero es que no sabe lo que tiene que pasar uno aquí solo…
Ha tratado de regalarme la crema de afeitar, pero hemos quedado en que me invitará a una cerveza otro día cuando no tenga excesivos problemas intestinales ni de trabajo.
No me llaméis "blog". Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados, y cuiden la ortografía. Me pilota desde hace algunos años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor.
jueves, 19 de agosto de 2010
El droguero solitario
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7 comentarios:
¡Qué cosas le pasan!, es usted único y... no pierde oportunidad; buena "forma de pago" del favor.
Que tenga un buen día y a ser posible lo más cercano a lo habitual.
Debería haber aceptado usted la invitación porque dada su agenda laboral me temo que se va a quedar sin esa cerveza.
Que tenga buen día!!!
GRACIAS
O sea, que lo que tenía era un problema intestinal?, jajajaja. No hay un modesto baño en la droguería? Por ciero la espuma de afeitar es mucho mejor que el gel. El gel impregna las cuchillas y las inutiliza.
a mi esto me parece muy bien pero ya que nos hemos quedado al mando de una tienda que no es nuestra hubiera merecido la pena saber para que ha salido el droguero corriendo al hotel de enfrente.
¿regalaban billetes de 500 por cada pelo del bigote o queeee?
David, vuelve a leer atentamente el texto de mi entrada.
Madrid en Agosto es lo mejor del mundo. Lo malo es el calor de las noches...Pero por lo demás es estupendo: no hay colas en ningun sitio, las terrazas están cómodas y tranquilas, los coches parece que van más despacio y hacen menos ruido.... Y la luna se ve preciosa!
Estoy contigo, "Juana", puedes ir al teatro sin problemas, aparcar donde quieras. Si no frecuentas los sitios turísticos clásicos la vida es muy tranquila.
Siempre me dejo algo de mis dias de vacaciones para disfrutarlos en casa, en esta ciudad que es realmente bonita y que en invierno -con nuestra locura de vida- no hay manera.
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