jueves, 2 de septiembre de 2010

Hablar por hablar



Aún no ha empezado el curso, pero los suspendidos en junio ya han comenzado sus exámenes de septiembre. Mientras espero que termine Jaime, ojeo un libro.

¿Puedo hablar contigo?

La vocecilla procede de una cabeza rubia que se asoma por la puerta de la capellanía. Tendría que conocer el nombre de la chica, pero el verano ha borrado de mi sesera toda la agenda.

Empieza a hablar a gran velocidad, casi sin respirar. Le digo que esté tranquila y asegura que lo está, que lo que pasa es que…

Pasa que no tiene demasiados problemas: el más grave, que se le empieza a desteñir el color moreno que cogió en el barco de su primo en Galicia, que es una pasada, tío, y que apenas ha estudiado nada en agosto, con lo que los exámenes no se presentan muy bien.

Empiezo a preguntarme qué es lo que quiere de mí. Quizá sólo que escuche el chaparrón de argumentos inconexos que expone sin perder el ritmo.

De pronto se fija en el libro que estoy leyendo: “el diablo es conservador”, de Alejandro Llano.

Ah, que interesante: el diablo es “conversador”…

No te quepa la menor duda.


10 comentarios:

Relicary dijo...

Cuando la conciencia se pasa el verano llamando a la puerta y no le respondemos, es normal que un día reviente los goznes de nuestra terquedad y ese hecho nos agobie por lo que necesitamos desesperadamente contarle el problema a alguien con la vana esperanza de que nos dé alguna ayuda que siempre llega tarde. Un saludo.

Anónimo dijo...

Esa chica parece muy simpática y además estoy segura de que le cae fenomenal.

En cuanto a lo de hablar, un día cuando me fui a confesar le dije al sacerdote que si fuera muda me sería más fácil ir al cielo a lo que el añadío ¡y manca!, por las compras. Claramente era una broma pero es verdad que si hablara la quinta parte de lo que hablo mi entorno sería más feliz.

Un refrán más fino y con varias interpretaciones dice "el hombre es esclavo de sus plabras y dueño de sus silencios".

Por cierto, se lo nota contento en "la vuelat al cole". Parece que echaba de menos a sus alumnos.

Wild Ceci dijo...

Los problemas, por nimios que sean... son problemas para el que los ve así...

Hay gente que tan sólo quiere ser escuchada y con eso, le basta, se le quita de repente el peso de encima y se dan cuenta de que realmente eso que le traia de cabeza, no era para tanto...

Antuán dijo...

Está claro que hablar es una necesidad y que nadie diga lo contrario xq es un bicho raro. o esque no tiene nada que decir porque no piensa, cosa dificilísima. o es un antro incomunicable que solo necesita que alguien le llegue adonde más le duele o lo que más le importa y se explaye sin reservas. pero no todo se puede decir a cualquiera y menos con perdón del libro. conversar con el diablo. ¿y que más? Puestos a hablar con Dios que vive enmedio de nosotros, más dentro de nuestro ser. He dicho. Adiosle.

Pierre Nodoyuna dijo...

Bueno, es que hay gente que no calla....

ATR dijo...

Antuán El título del libro no dice "conversador", sino "conservador". Ahí está la gracia de lo que cuenta don Henry

ALA_STRANGE dijo...

la gente que no tiene problemas, se los inventa

:)

GAZTELU dijo...

Gran comentario Antuan!!!
Toda persona necesita comunicarse,
sino sería un bicho raro.

GRACIAS

Carmen Sebastián dijo...

“El diablo es conservador porque no cree en el futuro ni en la esperanza, porque no consigue ni siquiera imaginar que el viejo,
Adán pueda transformarse, que la humanidad pueda regenerarse. Este,
obtuso y cínico conservadurismo es la causa de tantos males, porque,
induce a aceptarlos como si fueran inevitables y, en consecuencia, a permitirlos”

Juanma Suárez dijo...

El gran Tolkien decía que el hombre era "ese animal que cuenta cuentos"... y yo estoy enamorado de esta definición.