domingo, 2 de octubre de 2011

El mendigo invisible


Lo he visto esta mañana junto a una de esas tiendas que no cierran los domingos. Está inmóvil, tan arrimado a la pared, que parece un elemento arquitectónico incrustado en la fachada. Tiene la cabeza baja. Un sombrero de fieltro azul me impide verle los ojos. Lleva un vaso de plástico en la mano derecha con el que pide limosna, pero tan tímidamente que casi nadie se percata de que existe. Es un mendigo invisible.
Al salir de la tienda, me detengo unos segundos a su lado. No me mira; sigue con la vista en el suelo, como avergonzado de ocupar un lugar en el espacio. Tendrá unos cuarenta años, quizá menos. No toca la armónica, no hace juegos malabares ni exhibe sus lacras para despertar compasión. Viste una chaqueta vieja y un pantalón de pana.  
Aprovecho que no hay nadie para hablar con él mientras busco una moneda en el bolsillo.
―¿De dónde eres?
No contesta ni me mira. Echo un euro en el vaso vacío, y entonces sí. Tiene una mirada azul, casi blanca. No son ojos de mendigo. Por un momento pienso el Paul Newman.
―Soy alemán, Vengo de la Baja Sajonia.
Se me ocurren un montón de consideraciones, pero hoy no haré ninguna.

9 comentarios:

Enrique Monasterio dijo...

Perdón, Relicary: en lugar de aprobar tu comentario, di a la teclaequivocada y lo rechacé. Ahora no puedo arreglarlo. Repítelo si no te importa

yomisma dijo...

La foto es de Paul Newman?

Enrique Monasterio dijo...

Naturalmente, yomisma. Creo que lo insinúo en el texto.
Esa mirada nunca envejeció.

yomisma dijo...

Efectivamente. Debia estar un poco dormida... Lo siento. Los ojos de Paul Newman y sobre todo su mirada, son inolvidables.

Relicary dijo...

No pasa nada D. Enrique. No recuerdo exatamente mis palabras pero venían al caso de lo que pienso cuando me encuentro en una situación similar a la suya: me acucia la duda entre si esa persona pide por verdadera necesidad o no... Desgraciadamente me encuentro varios de la segunda opción y me queda ese peso en la conciencia.

¡Buenos días a todos!

Miriam dijo...

Me encantan los ojos de PAul¡

Mercedes dijo...

Paul Newman decía que quería que pusieran en su tumba: "Aquí yace Paul Newman, que murió porque sus ojos azules empezaron a volverse marrones".

Pierde Nodoyuna dijo...

Lo de la tumba de Mr Newman no lo había oído nunca... Pero si lo que dijo a un periodista cuando le
Pregunto el secreto de la fidelidad a su mujer: "para que voy a irme a comer hamburguesas si en casa tengo un filet mignon";-)

Clara dijo...

Ya siento ser tan poco elevada, pero es que Paul Newman es un guapazo, y su mirada... en fin, te deja atontaa pal resto de la vida.