sábado, 15 de octubre de 2011

El veranillo sigue


Víspera de Santa Teresa de Jesús.

Hace mucho calor en Madrid. Dicen que eso es bueno para la crisis y para la sanidad porque retrasa la llegada de la gripe y aún no hemos gastado un euro en calefacción. En todo caso mi barrio no nota demasiado la penuria económica. El nuevo restaurante japonés, de nombre impronunciable, se llena todas las noches y colapsa el tráfico de un par de calles. Y a los bares, que siguen abarrotados, les han salido unas improvisadas terrazas-fumadero que llenan de niebla las aceras por donde paso. 
Hoy Gento se ha instalado en una de esas terrazas y juega al dominó con insólita energía acompañado por un grupo de incondicionales.
―Buenas noches, páter.
―Buenas noches, don Francisco; le veo más delgado.
―Ocho kilos ―contesta―. Estoy hecho un figura… Muchas gracias.
A Gento le gusta que yo le llame don Francisco y no “Paco” como hacen los demás.
Pilar, mi zapatera de guardia, consume su cerveza de todas las noches, y, como todas las noches, me asalta:
―Quédese un rato conmigo: le invito a una cerveza.
―Gracias, Pilar; pero es que voy con prisas…
Miguel, el sastre de la zona, sale de la tienda la mar de galano arreglándose un pañuelo de seda azul que le desborda el bolsillo superior de la americana. Le saludo y se interesa por la teba que llevo puesta:
―Le está un poco grande. Se la podría arreglar, ¿Dónde la ha comprado?
―En la cooperativa del clero.
Maxi y José María, los porteros de mi casa, se han enfundado sendos chándales y salen a pasear por los jardines de la zona. En el centro del parterre un grupo de ocho o diez niñas de 15 ó 16 años empieza a descorchar botellas de qué-se-yo para mezclarlas con coca-cola. Empieza el botellón de los viernes.
―Oye, ¿tienes fuego?
La chica que me lo pide no puede tener más de 16 o 17 años, pero ya lleva el pelo teñido de negro azabache y se ha pintado los labios de rojo sangre, como si acabara de devorar a un par de niños.
―No soy pirómano ―le contesto―. ¿Y tú?
Se ve que no ha entendido la broma.
―Es para el fumata…

6 comentarios:

paloma dijo...

Me ha hecho la tarde con esta entrada. ¡Ya vayase a dormir!

Saludos desde México!!

Relicary dijo...

Es bonito regresar así a casa. Al menos rebosa vida la calle y, a pesar de la crisis, todo el mundo se saca tiempo para sus hobbies, sea una cervecita, unas fichas o pasear.

Tiene gracia que mencione la niebla artificial de los bares y justamente luego otra chica le pida fuego, jaja.

¡Buenas noches!

Cordelia dijo...

La muchacha devoradora de niños tiene un cuajo...
Su barrio parece todavía un barrio. Gente que se conoce y se saluda. Me da cierta envidia, no crea.

Vila dijo...

Efectivamente da gusto lo vivo que está el barrio, aunque sin el botellón estaría mejor...

Y no me extraña que su amigo, el sastre, se fijase en el teba y su holgura, Pues si Gento ha adelgazado ocho kilitos usted unos cuantos más. Así que no tenga reparos y acepte su ofrecimiento y que se la arregle, hombre.

Vila otra vez dijo...

Me gusta que el globo siga con su traje de verano. Acorde con el tiempo.

Antuán dijo...

Coca cola con ginebra y ya no se llama Kubata se me olvidó el nombre. Menudo ambientazo, bueno yo no me quejo ahora me voy a echar un rato que más tarde la tendre fina, como bien dice no se nota la crisis, nos conformamos con poco una cervecita y chachara alrededor de la mesa y los muchachos en los bacos del parque con unos vasos del parque. Adiosle