lunes, 7 de diciembre de 2009

Vigilia de la Inmaculada Concepción


—Yo soy la esclava del Señor…

Al decirlo, tu gesto ha sido de asombro, como si te admirara que Dios quiera pedirte permiso para entrar en tu casa. A los siervos —has pensado— no se les consulta; todo lo más, se les informa. Una esclava debe ser sólo un puñado de barro en manos del alfarero. Así te ves todavía delante del Señor.

Dios, sin embargo, nunca te llamó sierva, y yo te pido que no vuelvas a emplear ese nombre, porque el Verbo ya se ha hecho carne en ti y Él no debe ser hijo de una esclava, sino de una Reina.

Desde ahora los hombres te llamarán Madre y los ángeles Señora. Dios, que estará en tus brazos, te hablará sin palabras, en una lengua misteriosa hecha de llantos, sonrisas y balbuceos de recién nacido. Los pájaros del cielo te cantarán melodías recién estrenadas, que Yahvé ya ha compuesto para ti; nacerán estrellas nuevas para coronar tu frente, y beberán y beberán los peces en el río por ver tu rostro cuando nazca el Niño.

Yo te enseñaré las lenguas de los ángeles y de los hombres, mi Señora, para que comprendas mejor los piropos que te traerá la brisa cada mañana. Y consolarás en su lengua a los tristes, harás sonreír a los enfermos, acompañarás a los pobres, abrazarás a los solitarios, limpiarás las heridas de los pecadores, llenarás de esperanza a los desalentados y cambiarás el corazón de todos los que se atrevan a llamarte por tu nombre, el que Dios te dio al comienzo de la creación: “Llena de Gracia”.

Lo sabes muy bien: el mundo entero te cantará. El avemaría se extenderá por la tierra.

—Sí, Gabriel, tienes razón. “Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha visto la pequeñez de su esclava”. Esclava, sí. Mi hijo será Rey y yo, seguiré siendo su sierva. Mientras esté en este mundo, debo llamarme así.

Oración

Virgen Inmaculada, Esclava del Señor, Reina de todo lo creado. En esta vigilia de la Inmaculada Concepción, queremos pedirte muchos milagros: el primero, que Europa no olvide las doce estrellas blancas de su bandera azul. Esas estrellas son tu corona, la que Dios te regaló el día de tu Asunción al Cielo. Que Europa y España no renieguen de sus raíces cristianas y marianas, porque si lo hicieran, morirían.

Te pedimos también que los sacerdotes no se separen de ti; que, en este año sacerdotal, muchos jóvenes escuchen tu llamada y respondan con un sí pleno y sin condiciones imitando tu generosidad.


Te pedimos por el Santo Padre, por la Iglesia, por nuestros obispos, por las familias, por los niños que nacen y por los que son abortados antes de venir al mundo, por las madres engañadas, por los médicos que matan, por los políticos, por...


7 comentarios:

Yomisma dijo...

GRACIAS!!!VII. Lo de hablar con el Niño debe ser verdad. Ayer estuve hablando con Cecilia. Si le decía palabras que nosotros entendemos se quedaba callada, pero si hacía "ruiditos" como los que ella hace, se reía y contestaba. Te imaginas a la Virgen hablando así al Niño Jesús, y entendiendo todo!!!

Capuchino de Silos dijo...

¡¡¡Bueno, bueno, bueno.!!!
Sin comentarios.
Gracias mil por llegar a tantos corazones solitarios.
¡Que Dios le bendiga!

Anónimo dijo...

:)
:)
:)
:)
:)

Isa dijo...

Muchas gracias. Cuánto me ayudan siempre sus comentarios.
Gracias; me uno mucho más a la Virgen tras leer sus entradas...

GAZTELU dijo...

GRACIAS.

Almudena dijo...

Para que alcancemos esa libertad del que ama a Dios, que la hace esclava de su querer, sin fisuras, sin miedos ni dudas. Es verdad que hay tanto que pedir...

Jesús Sanz Rioja dijo...

Yo también quiero rezar así.