miércoles, 9 de diciembre de 2009

En el autobús

Un estudiante algo presuntuoso adoctrina en el autobús de línea a un anciano que se sienta a su lado:

—No es fácil que su generación pueda entender a la mía —le dice—; usted creció en un mundo muy diferente, casi primitivo.

El muchacho ha levantado la voz para que le oiga medio autobús. Se diría incluso que quiere pronun­ciar un pequeño discursito y necesita público.

—Fíjese, los jóvenes de hoy hemos crecido con televisión, internet, aviones a reacción, viajes al espacio… Nos parece natural que el hombre camine sobre la luna. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte... Tenemos naves que se alimentan de energía nuclear y coches eléctricos; computa­doras con procesos a la velocidad de la luz... ¿Me entiende?

El anciano, después de un breve silencio, responde:

—Tienes razón, hijo mío. Nosotros no teníamos esas cosas cuando éramos jóvenes; por eso las in­ventamos. Así que, pequeño arrogante, pregúntate ahora: ¿qué estoy haciendo yo para la próxima genera­ción?

El aplauso de los pasajeros es tan unánime, que el muchacho opta por bajarse en la siguiente parada.


11 comentarios:

Carlos García dijo...

Queda bien. Pero resulta un poco fuerte. Además, se ha echado usted años encima al situarse claramente de parte de la experiencia. La juventud siempre ha sido bastante insolente, la verdad. Sinceramente, creo que se lo ha inventado.

Isa dijo...

¿Esta historia es cierta? no me la creo...Y si es verdad que pasó, m quedo muerta...Buena respuesta la de aquel señor...sí, muy buena.
A veces tiemblo al ver que en la manos de las criaturicas en las que está nuestro futuro...pero bueno, vivamos el presente...

Almudena dijo...

¿Eso es verdad? ¡...! lástima no haber estado en ese autobús para dejarme las manos aplaudiendo.
Algunas veces pienso que lo más cruel de la vejez no son tanto las limitaciones o la soledad, sino ver que, después de tanto esfuerzo, lo que dejas atrás es más o menos lo que te encontraste, en el mejor de los casos... eso debe ser un poco frustrante.

danimorcillo dijo...

Me uno al aplauso de los viajeros. Cuesta imaginar una respuesta mejor.

Lucía dijo...

¡Qué buena contestación!
Lo que no hemos conseguido inventar es el modo de progresar sin esfuerzo y es lo que quisiera heredar ésta generación.

Anónimo dijo...

¡Muy bueno! A ver si, como poco, respetamos a nuestros mayores...Deberíamos besar el suelo que pisan.
Monse

Papathoma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Yomisma dijo...

Hace muchos años, tantos como 12, ibamos mi hijo de 1 año y yo desde Houston a Guatemala. En el avión nos sentamos al lado de una chica joven, y de un señor de mediana edad. La chica comenzó a contarnos que iba a Guatemala para incorporarse a un proyecto de vida comunitaria en la que no harían falta electricidad, ni agua corriente, todo muy ecológico y acorde con la naturaleza. Y se entusiasmó tanto que nos empezó a reprochar el modo de vida que llevábamos, o sea, el que practicamente todo el mundo en el siglo 20 llevaba. El señor del otro lado, con mucha paciencia le preguntó dónde pensaba empezar esa comunidad. Ella dijo que en Montana. El le preguntó el por qué de su viaje a Guatemala. Ella contestó que para toma ideas de algo que ya funcionaba allí. Y el señor le preguntó entonces: "Y por qué vas en avión? Sería más lógico que fueras en canoa pues el avión forma parte de toda esa manera de vivir que estas criticando...." Ella se quedó un poco callada y contestó:" El avión es más práctico, llega antes, y se pueden hacer las cosas más rápido"
No hizo falta que el señor contestara. Pero a partir de entonces pudimos dormir un poco el resto del viaje.

Bernardo dijo...

Nos alzamos sobre los hombros de gigantes. Deberíamos aspirar a que otros puedan alzarse sobre los nuestros en vez de enbobarnos por lo lejos que alcanza nuestra vista.

ann dijo...

¡No se!

Pero mi experiencia me dice que las cosas mas importantes que he aprendido en mi vida, provienen de mis mayores.

GRACIAS A TODOS ELLOS y que Dios los bendiga.

AleMamá dijo...

jajajaja, muy bueno, sí señor