Gracias al cambio de hora he logrado ir de Madrid a Bilbao en el viaje más sosegado y solitario que recuerdo.
Ayer por la tarde decidí hacer caso omiso de las disposiciones gubernamentales y me fui a la cama a la hora de costumbre. Siete horas más tarde ya estaba en pie y, cuando salí de Madrid, tanto el reloj del coche como el de mi cerebro marcaban las 8 en punto de la mañana. En realidad eran las 7 según el nuevo horario y, como los ciudadanos y ciudadanas españoles son la mar de obedientes y obedientas, todos seguían en la cama. ¡Con lo bonito que es ver amanecer!
El sol, gracias a Dios, no había leído el Boletín Oficial del Estado y salió como siempre. A las 8 y poco (o sea, a las 7) ya apuntaba por el horizonte mientras mi automóvil volaba entre los bostezos de los radares.
En el puerto de Somosierra terminé la oración y comencé a oír música: Placido domingo era lo más adecuado para un domingo plácido de sol y frío. Fui el primero en entrar en el área de servicio de Boceguillas. Aún no había llegado la prensa.
En Tudanca me detuve de nuevo y tuve una singular conversación sobre la hora con un ciudadano portugués que había cambiado dos veces las agujas del reloj en menos de 12 horas y no sabía a qué carta quedarse.
―Usted viene a hacer turismo, ¿verdad?
―Sí, desde luego.
―Entonces ¿qué más le da lo que digan los relojes? Disfrute del otoño, que viene bueno.
En Pancorbo me envolvió una nube densa y llegué a Bilbao pasadas las 11 de la mañana con jirones de niebla colgados de la antena del coche.
La visita al cementerio de Leioa donde quedaron unas flores y una oración ha sido lo más destacado de la jornada.
10 comentarios:
Noviembre... "Me quiere más mi muerte cada día y corteja a mi vida..."
La vuelta no la tendrá tan tranquila, así que ya sabe: prudencia al volante.
El final de la entrada me ha recordado que ayer, en casa de mi suegra, vi una foto de mi boda cenando en la mesa principal, y al verla se me encogió el corazón pues 4 de los presentes ya no están con nosotros. Y como dos se han ido casi de la mano hace poco tal vez por eso lo acuso más. Rezaré por ellos especialmente en este mes de difuntos.
Tengo que buscar en internet (o en usted) cómo ganar las indulgencias durante este mes para ellos, ¿se pueden ganar todos los días o solo uno concreto?.
Toditos los días, Vila. Basta que tengas la intención de ganar las indulgencias y que cumplas las condiciones de siempre, claro. Si me equivoco corríjame don Enrique.
..."con girones de niebla"... ¿No es jirones, con jota?
D. Enrique: El otoño es mi estación preferida, luego me encanta el fondo de su blog, alfombrado de naranjas rojizos. Pero dificultan la lectura del día, de entradas antiguas, etc., aunque no importa mucho si no es necesario buscar algo.
La foto es preciosa: tanta serenidad que habla en esa soledad...
No, Teresa. No he puesto tu tercer comentario porque esa persona de que hablas sigue leyendo el blog todos los días.
No es por hacerle la pelota, que no hace falta, pero disiento de Teresa. Suelo leer entradas antiguas (como el Adoro te Devote, la Pasión...) y el nuevo fondo no me lo dificulta.
Tal vez dependa de los ordenatas, no sé.
y ya que estamos...¿no sabrá Ud. el horario del cementerio de Leioa? ¡Gracias!
Pues no.
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