El Ángel le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor es contigo.
Ella se turbó al oír estas palabras…
La saludé como tú me dijiste, llamándola “Llena de Gracia”, y entonces la Reina se ruborizó igual que una adolescente. ¡Si la hubieses visto…!
Perdóname, Señor, por un momento olvidé que tú la ves siempre, que no puedes dejar de mirarla ni un solo instante. Pero es que mi Señora es una niña; sólo tiene 14 años y cuando se pone colorada aún parece más pequeña. Yo me quedé embobado contemplando su rubor, y allí habría permanecido toda la eternidad, sin saber qué decirle.
Pensé entonces que la culpa de su azoramiento era mía: yo había llegado sin avisar, y aunque los ángeles no solemos llamar a la puerta cuando vamos de visita, tratándose de María, debería haberle advertido con tiempo o entrar delicadamente por la ventana, como un suave remolino de brisa fresca. A ella le habría bastado una palabra en voz baja, el susurro de un ángel en la oscuridad. ¡Cuántas veces hemos conversado así desde que era muy pequeña! Y la Señora siempre comprendió mis palabras y yo las suyas; pero es que hoy tenía prisa, quería llevarle la noticia cuanto antes y surgí por sorpresa torpemente, con cierto estrépito, en medio de su casa.
Sin embargo enseguida entendí que no fue mi presencia inesperada lo que turbó María. Fue el saludo. ¡Qué bien lo escogiste!: es preciosa, de verdad; la más graciosa, la criatura que más se parece a ti, la que refleja con nitidez la gloria de tu rostro. Llena de Gracia y también de humildad.
Apenas duró unos segundos su rubor. Me miró a los ojos, se llevó un dedo a los labios y, sin perder su sonrisa de niña, me hizo callar.
Oración
Madre mía Inmaculada, tú que sentiste arder tus mejillas, turbada por el piropo de un Ángel, enséñame el secreto de la humildad. Que yo sepa, como tú, rechazar los halagos y soportar las humillaciones; que no busque los aplausos de nadie y no me rebele cuando sienta el desprecio o las burlas de los que me conocen bien. Que pueda decir, con sinceridad, aquello que tantas veces recitó en su oración San Josemaría Escrivá: “no tengo nada, no puedo nada, no sé nada, soy la nada…” Y que comprenda que, por encima de todo, soy tu hijo. Con eso me basta.
Amén.
19 comentarios:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo..... Gracias II
Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
AMEN
Salve Regina
mater misericordie...
Gracias don Enrique.
Catorce añitos y no es José que la llama guapa. Es un ángel y le echa un piropo que nadie nunca pudo concebir antes.
Vaya que si se alegraría, que la palabra de Dios es viva y eficaz. Pero, ¿Cómo no iba a ruborizarse?
Lo de 14 años supongo que es una licencia poética pero, como a veces sabe cosas que desconocemos el resto de los mortales, si tiene algún fundamento histórico, aclárelo, por favor. Gracias por esta novena. Me está ayudando mucho
Almudena: es opinión común que la Virgen tendría entre 13 y 15 años. A esa edad solían casarse las mujeres en Israel.
Gracias
D. Enrique, ¿de dónde ha sacado Ud. el mosaico?
GRACIAS II, POR NO FALTAR A LA CITA.
INMA
Me uno como todos a su novena que la estoy haciendo mía. Muchas gracias.
Cristina
En mi blog también se está haciendo la novena a la Inmaculada.
Si le digo que esto es precioso y se infla su ego, no le digo nada, ya que abajo hace un acto de humildad que es más bonito si cabe.
Plegaria para el Angel Gabriel:
Que en este periodo de Adviento del 2009, se fortalezca nuestra fe en María y en su Hijo. Amén.
El mosaico, como casi todo estaba en Internet, pero ya no recuerdo dónde.
GRACIAS.
Pregunta de ignorante: ¿cómo se hace la novena? ¿qué es lo que hay que rezar cada día? ¿un rosario?
El mosaico, creo, es de Marco Rupnik, y puede que sea de la Sacristía de la Catedral de La Almudena. Pero de esto último no tengo certeza.
Chon: Papathoma te lo explica muy bien en un comentario a "Novena de la Inmaculada III"
gracias, D. Enrique.
Además, mi hermano Anacleto me escribió un mensaje explicándomelo también.
La cantidad de gente que nos lee!
Me ha encantado su entrada, don Enrique.
Qué difícil es eso de la humildad...nos llenamos de derechos a veces y queremos que todos nos estimen...como si fuéramos algo...(va por mí aunque escriba en plural...).
Acudiré más a nuestra Madre para pedirle que me ayude a ser tan humilde y dócil como Ella.
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